Ya a comienzos de la década del 2010 el costo de los combustibles líquidos entre las provincias exentas de impuestos internos – Santa Cruz, Chubut, Tierra del Fuego y una franja de la zona sur de la provincia de Río Negro; enmarcadas por el paralelo 42 y la ruta nacional 23 – y las que tributan se empezó a achicar. Pasó del 50 por ciento, en un primer momento, a 30 por ciento estos días.

En la actualidad, indica Luis Felipe Jalil, operador de YPF de El Bolsón, Río Negro, sobre el límite con Chubut, la nafta súper se comercializa en esta región aproximadamente a 9 pesos el litro, contra los 12 de promedio que presenta a nivel  país. Esta distancia se repite en todos los productos.

Para evitar que automovilistas y empresas de transporte se abusen de los beneficios impositivos, el empresario informó que la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) restringió la adquisición de combustibles a 500 litros a los rodados que no cuenten con los documentos oficiales que certifican la radicación por debajo del paralelo 42.

“Un litro de gasoil en Chile está a 17 pesos argentinos”, comparó Jalil. Con esta brecha de precios los camiones chilenos cargan hasta 3.000 litros una vez que cruzan la frontera.

El organismo de control establece sanciones a los comercios que despachen más del volumen autorizado pero hasta el momento no se conocen suspensiones ni clausuras, lo que denota el cumplimiento por parte de los operadores. Las compañías que trasladan mercaderías y disponen de los comprobantes que emite la Secretaría de Transporte, en cambio, pueden adquirir diesel sin límites, como ocurre en el resto del territorio.

En cuanto a la evolución de las ventas, Jalil señala que “en general han caído”. Asegura que se percibe con mayor impacto en los locales de las marcas más caras. En los establecimientos que pertenecen directamente YPF – Automóvil Club Argentino (ACA) y Opessa S.A –, al igual que en los de operadores independientes de la bandera estatal, en cambio, visualiza colas extensas a toda hora del día.