Tras el fallo de la Corte Suprema de Justicia que resolvió una medida cautelar a favor del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en la disputa por el porcentaje que le corresponde de los fondos coparticipables, el titular del ejecutivo Horacio Rodríguez Larreta, anunció que anulará una tasa local que había impuesto sobre las tarjetas de crédito.

Si bien todavía no hubo quórum en la legislatura capitalina para deshacer la norma y por el momento el Gobierno Nacional no acató el mandato de la justicia para devolver el porcentaje reclamado, surtidores.com.ar consultó acerca de la influencia de este impuesto en el mercado de los combustibles.

En ese contexto, el especialista en Educación Financiera y Emprendedurismo, Daniel Adler, consideró que debido al restringido ámbito de aplicación del impuesto (CABA) y el escaso margen de incremento que significa un 1,2 por ciento sobre el total de los resúmenes de los usuarios de dinero plástico, los efectos respecto de una modificación en dicho concepto, no se verán trasladados ni a los precios en el surtidor, como tampoco a una suba de volúmenes de ventas en las expendedoras.

Además, se mostró escéptico en el hecho de que finalmente dicho impuesto porteño, sea derogado, porque “como nos muestra la historia, ningún gravamen que se inventa luego se saca”.

Sin embargo, llamó la atención sobre los reclamos de las cámaras representativas del rubro estacioneros quienes vienen advirtiendo que se les está haciendo cada vez más complicado mantener el despacho de combustibles con tarjetas de crédito.

“Las Estaciones de Servicio están financiando con su propio capital de trabajo el negocio financiero de un Estado que no tiene la capacidad de fomentar el crédito, ni de establecer condiciones de estabilidad para las actividades comerciales”, explicó.

Recalcó que las Estaciones de Servicio necesitan con urgencia de un canal novedoso y diferencial para poder seguir expendiendo combustibles a plazo, porque se trata de establecimientos vitales para la logística de una nación, que también se ve afectada por este desfasaje entre intereses y plazos de acreditación.

Adler advirtió finalmente que al no existir políticas que fomenten la creación de emprendimientos particulares y como a su entender, las Estaciones de Servicio constituyen “un ejemplo tradicional y concreto de este modelo”, son víctimas de esta falta de herramientas, como les ocurre ahora con las tarjetas de crédito.