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Aunque el proyecto aún no fue presentado públicamente, varios de los puntos que circularon coinciden con reclamos históricos de los empresarios, que ven en estos posibles cambios una oportunidad concreta para modernizar la organización del trabajo y hacer más eficiente la operación diaria.
En un sector que funciona 24 horas durante todo el año, los estacioneros entienden que llegó el momento de adecuar la normativa a la dinámica real del negocio, marcada por horarios críticos, picos de actividad y desafíos crecientes para sostener márgenes y empleo. Entre los aspectos filtrados, tres puntos despiertan especial interés.
Marcelo Saleme Murad, abogado especialista en asesoramiento de empresas que acompañó las negociaciones colectivas del sector en múltiples ocasiones, analizó para surtidores.com.ar el impacto que algunos de estos posibles cambios podría tener en la actividad.

El primer punto es la incorporación del banco de horas, una de las demandas más reiteradas por los empleadores del sector. Según Saleme Murad, “la posibilidad de concentrar el trabajo en los horarios de mayor demanda permitiría administrar mejor la atención al público, optimizar la productividad y adaptar la jornada sin perforar los límites legales”. Para los estacioneros, esta herramienta sería clave para evitar sobrecargas en horas pico y tiempos improductivos en momentos de baja afluencia.
El segundo eje es el fraccionamiento de las vacaciones, que podría acordarse voluntariamente entre las partes. Sobre este eventual cambio, el especialista señaló que “le permitiría al empresario organizar el trabajo de manera más homogénea durante todo el año y, especialmente en zonas turísticas, responder a la demanda sin modificar la plantilla estable”. Para muchas estaciones, esto significaría una administración más equilibrada del personal y menor presión operativa en los meses de mayor movimiento.

El tercer capítulo en discusión es la posibilidad de habilitar convenios de trabajo por empresa, en lugar de los actuales por actividad. Al respecto, Saleme Murad opinó que “adaptar las condiciones laborales a la realidad de cada establecimiento sería más justo para ambas partes, porque no todas las empresas que explotan Estaciones de Servicio tienen el mismo tamaño, ni se encuentran en similares geografías, climas, o tienen el mismo nivel de demanda”. Para el letrado, esto podría incluso abrir la puerta a nuevas contrataciones en establecimientos donde hoy es difícil ampliar dotaciones bajo un esquema general que no contempla particularidades.
Aunque la letra final de la reforma aún no es pública, la expectativa ya se siente en todo el sector. Para las Estaciones de Servicio, estas modificaciones podrían representar el avance más significativo en décadas hacia una estructura laboral más ágil, moderna y alineada con la realidad operativa de un servicio esencial que nunca detiene su marcha.