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Es una de las promesas de campaña que anunció el equipo de Mauricio Macri, actual presidente ¿Cómo impactaría en las bocas de expendio? El futuro del impuesto al cheque y un análisis completo sobre el sistema tributario para el sector de los combustibles.
Sebastián Vázquez, experto en derecho energético y titular del estudio Vázquez & Asociados, analiza las próximas medidas que podría encarar la nueva administración desde el punto de vista fiscal, en relación a las estaciones de servicio.
¿Cómo evalúa la carga tributaria en el sector?
A nivel global (nacional, provincial y municipal), y no sólo para el sector de expendedores de combustibles, ha llegado a límites nunca antes alcanzados. A todo esto hay que sumar la transferencia de funciones de las administraciones tributarias hacia los contribuyentes, en materia de regímenes de información y de actuación como agentes de recaudación, que también generan costos a los empresarios
En lo que respecta a estaciones de servicio, aquellas más pequeñas son las que más sufren, ya que por su volumen de comercialización -medido en unidades físicas- no generan los suficientes recursos para atender las cargas fiscales, los gastos administrativo-tributarios y los gastos de explotación. Es decir, esta combinación las pone al límite de la subsistencia.
¿Hay expectativas de algún anuncio para disminuir la presión fiscal?
Si bien podría ser sencillo apuntar a algunos tributos de tipo distorsivo (ingresos brutos, tasa de seguridad e higiene, impuesto a los créditos y débitos en cuentas bancarias), cuya eliminación mejoraría la ecuación económica del sector, es una medida que no creo que puedan tomar las autoridades, por lo menos en un futuro inmediato.
Tanto el estado nacional, como las provincias y los municipios, poseen déficit fiscal, cuya reducción debe ser un objetivo de las autoridades, pero el proceso no es inmediato. Por lo tanto, no están en condiciones de renunciar a una de las formas genuinas de financiación del gasto público: los tributos.
¿Y sobre el Impuesto al Cheque? Es un viejo reclamo del sector…
Creo que va a ser muy difícil eliminar o reducir el denominado “Impuesto al Cheque” (hay que recordar que el actual tributo grava tanto a las acreditaciones como a los débitos en las cuentas bancarias). Durante la administración anterior hubo gestiones para intentar eximir de este impuesto a las cuentas que se utilicen para abonar las compras de combustibles, en un régimen similar al que existía con el Impuesto a los Débitos Bancarios establecido en los 90. Queda a la vista que no tuvo un resultado positivo, pero creo que este podría ser el camino para evitar -legalmente- una parte de este gravamen.
¿Cuáles medidas fiscales que proyecta el Gobierno podrían impactar en los expendedores de combustibles?
Si bien aún no se ha producido un anuncio oficial, creo que una medida que aliviaría los costos de explotación es la posibilidad de contratar personal con algún tipo de exención o reducción de las cargas sociales. Esta fue una promesa de campaña. Hay que tener en cuenta que las contribuciones patronales orillan el 50% de las remuneraciones brutas de los trabajadores; cualquier medida que alivie esta carga redundará en una sensible mejora en la rentabilidad del sector.
Por otra parte, es necesario que se corrijan todos aquellos valores expresados en las leyes tributarias, actualizándolos. Hablo, por ejemplo, de las escalas del monotributo,, de las deducciones personales y las escalas del impuesto a las ganancias, del mínimo exento del impuesto sobre los bienes personales, y tantos otros similares que existen en la actual normativa. Esto también permitirá mejorar la economía de las empresas y, particularmente, de las estaciones de servicio.
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