Este fin de semana en una gomería de Resistencia, ubicada en avenida 25 de Mayo al 2500, estalló un compresor que generó lesiones mortales al empleado que se encontraba cargando aire a los neumáticos de un automóvil.

Este hecho fortuito, sin embargo fue tomado por los expendedores de combustibles como un alerta que debe ser tenido en cuenta, debido a que en casi la totalidad de las 5 mil estaciones del país funcionan compresores que se utilizan para brindar el servicio a los clientes.

“La prestación tiene una serie de procedimientos que se cumplen a rajatabla, al igual que otros protocolos que hacen a la seguridad en los establecimientos del rubro”, dijo a surtidores.com.ar el empresario Miguel de Paoli.

Valoró la preminencia que los estacioneros le dan a todas las normas que están claramente detalladas en el abanico de resoluciones y disposiciones de los entes gubernamentales, aunque llamó a que cada colega tenga a bien la iniciativa propia de efectuar todas las acciones necesarias para ejercer con tranquilidad su actividad cotidiana.

“Lamentablemente hay otros comercios que no llevan adelante las auditorías de calidad de los elementos de trabajo, lo cual abre la puerta a que se renueve el foco en la periodicidad de efectuar una prueba hidráulica de los compresores una vez por año”, recordó.

De Paoli consideró que el compresor es un elemento instalado dentro del predio de la Estación de Servicio con “un riesgo moderado y latente”, por lo cual no debe perderse de vista que se le haga el mantenimiento básico y en el caso de un recambio, invertir en máquinas homologadas por el INTI.

En ese mismo sentido, el ingeniero Maximiliano Díaz, que se dedica a brindar service de mantenimiento a los compresores de Estaciones de Servicio de diferentes provincias dijo a este medio que “el primer signo de alerta que muestra un defecto en el funcionamiento del compresor es que no genere el aire necesario o tenga baja presión”.

Pero lamentó que en algunos casos, quienes ejecutan el arreglo definen anular la válvula de seguridad para que pase el aire y es allí donde el riesgo aumenta considerablemente, porque el sistema de corte en caso de un desperfecto en la compresión deja de funcionar.

Es por ello, que recomendó en primer lugar que siempre la decisión acerca del compresor esté en manos del asesor de Seguridad e Higiene de la estación, quien será el encargado de contratar al personal idóneo que solucionará el desperfecto cambiando las piezas correctas.

“El costo del mantenimiento de un compresor no supera los 20 mil pesos y se hace una vez al año, en el cual se revisa la válvula central, que la manguera no esté desgastada, el presurómetro y el presostato, que es el componente que calcula la presión de compresión exacta”, comentó, al tiempo que agregó tener especial atención a que no haya pérdidas de aceite en las juntas del motor.

Díaz sostuvo que asimismo hay que realizar las mediciones de espesores anualmente con profesional matriculado y equipos certificados, así como una prueba hidráulica al pulmón del equipo.

En este sentido, detalló que si el compresor es nuevo, la auditoría se hace a los cinco años. Luego se recomienda realizarlo de manera anual o máxima cada dos años. En cuanto a las normativas que rigen a estos equipos, aclaró que son diferentes de acuerda a cada provincia que las aplica y que en algunas como Buenos Aires y Santa Fe, existen registros públicos donde se deben cargar los datos de calidad y obra de estos compresores.