Proyectos a medida
Nada como incorporar soluciones que complementen el expendio de combustibles para hacer única e inigualable a una estación ¿Cómo repensar la estructura del negocio en función de las necesidades de los clientes?
Planificar de manera integral la oferta de una Estación de Servicio y diseñar una experiencia de usuario única para crear una identidad de marca que sea difícil de olvidar, debe estar pensado desde la estructura.
Estudiar a los clientes, escuchar sus necesidades y evaluar la oferta de servicios que existe en el entorno será un primer paso fundamental hacia la acción. Luego, junto con un equipo de profesionales, se podrá crear un proyecto adecuado que garantice la eficiencia del uso de espacio, es decir: que maximice la rentabilidad por metro cuadrado para incrementar la facturación de toda la propuesta comercial, con una mayor afluencia de clientes y de consumo por visita.
Hay aspectos claves que ayudan a entender y orientar: la ubicación; la densidad poblacional; ofertas comerciales actuales y potenciales en la zona de influencia; características de sus clientes (nivel socioeconómico, demografía, hábitos de consumo, necesidades latentes y expectativas); estadísticas de circulación vehicular.
“En función de esto, en nuestra experiencia, detectamos cuatro grandes tipos de Estaciones de Servicio, aunque cada una posee en parte algo de otro o de varios“, explica el arquitecto Patricio Pon, titular de “PON – Estudio de Arquitectos”, en diálogo con surtidores.com.ar.
El primer tipo de estaciones abarca a aquellas que se encuentran en la zona central de un área urbana. Estas, por lo general, cuentan con locales de pocos metros cuadrados, de rápida circulación, medios de pagos virtuales y consumo rápido.
A estas las identifica la velocidad: alta frecuencia de clientes que necesitan resolver muy rápidamente la operación de carga de combustible y el consumo de algún producto o servicio de necesidad inmediata como: fast food, kiosco, farmacia de mostrador, retiro de dinero, espacio para reuniones sociales o laborales, puntos para bici, lugar para mascotas.
El segundo tipo es el de las estaciones ubicadas en zonas residenciales más alejadas del centro urbano. En estos casos, el consumo es por cercanía. Tienen menor circulación de personas, por lo que los clientes pueden ir exclusivamente por el combustible o para satisfacer alguna necesidad de abastecimiento.
Es por esto que el bar de la estación puede ser un típico punto de encuentro. De esta manera, se podría pensar en una propuesta más amplia, cómoda y con productos más elaborados. Por ejemplo: alternativas que resuelvan una compra de necesidad no planificada (ferretería, alimentos para mascotas, farmacia con circulación interna, almacén).
El tercer grupo es el de las periurbanas. Para ellas, se piensan varias soluciones en un mismo lugar, donde se pueda desarrollar un destino de abastecimiento y/o esparcimiento, con estadía más prolongada y mayor nivel de consumo. Estos son locales más grandes con posibilidad de almacenar stock y las unidades de negocio recomendadas son: supermercados, viveros, lavadero de autos, farmacias, jugueterías, librería escolar, indumentaria deportiva, además de ofrecer un sector gastronómico con marcas populares.
Por último, se encuentran las Estaciones de Servicio del tipo ruteras. Estas reciben usualmente dos clases de clientes distintos: el que requiere velocidad y el que precisa una pausa para el descanso. Para ello se pueden pensar servicios para solucionar al viajante. Algunos consumen rápido, otros prefieren relajarse, comprar provisiones para el viaje, facilidad para acceder a baños y tienen consumos por impulso vinculados al trayecto.
“Este estudio de variables permite delinear la estrategia comercial, es el insumo fundamental para la planificación y luego la arquitectura del negocio. Es determinante en el éxito en la rentabilidad de la inversión“, concluye Pon.
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