¿Qué nuevo vocablo impulsaron este año las petroleras para jerarquizar la calidad de sus combustibles?

Infinia, Protech, Nitro, Octoplus; los términos asociados a la tecnología de los combustibles fueron el denominador común de un mercado en el que la competencia entre marcas marcó el rumbo como pocas otras veces había sucedido.

A diferencia de otros años cuando el liderazgo era determinado por el precio, en 2015 la calidad de los productos fue sin dudas la apuesta de todas las compañías para seducir a sus clientes. Sus campañas de márketing se orientaron en ese sentido intentando captar a los automovilistas a través de los beneficios que brindan.

El concepto del cuidado del vehículo y su rol social fue determinante. El antropólogo Marvin Harris sostiene que sí como en ciertas sociedades se cuida celosamente aquello que proporciona prestigio (cabezas de ganado entre los massais, la responsabilidad de un cargo conferido por la sociedad, etc.), en las “modernas” hay objetos que, se piensa, proporcionan prestigio y status, como el automóvil.

Explica que dada la importancia que se le confiere se le ha transformado en objeto de culto: “es el equivalente de las vacas en la India, pueden estar en todos lados, hay que hacerles espacio a costa del peatón, hay que lavarlo religiosamente y hay que alimentarlo y adornarlo como a los santos a los que se les proporcionan flores y su comida sagrada”.

Esta idea en definitiva, fue concluyente para orientar al público a definir su elección por esta gama de combustibles, más caros pero de máximas prestaciones. Otro dato es su contribución al cuidado del medio ambiente, debido a la menor emisión de gases que sus competidores tradicionales.

Sin lugar a dudas la estrategia fue exitosa y los resultados saltan a la vista: la demanda de combustibles Premium crece a un ritmo del 30 por ciento anual, originando un fenómeno sin comparación en el mundo.