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La cotización del crudo está llegando a los mínimos de los últimos diez años. El contexto es ampliamente favorable para que los expendedores puedan importar combustibles y comerciarlos internamente a valores muy convenientes, sin embargo especialistas desestiman esta opción.
En nuestro país el descenso del petróleo está lejos de traducirse en los surtidores. Desde enero de este año, luego de disponer el gobierno y las empresas una reducción en su valor al público, los precios subieron ininterrumpidamente alcanzando el segundo puesto entre los más caros de la región.
Su explicación puede hallarse en la cotización interna del barril del orden de los 77 dólares, producto del acuerdo antes mencionado. Sin embargo, y al ser la producción insuficiente para satisfacer la demanda, algunos productos deben traerse del exterior reportando una ecuación muy rentable para las petroleras que hacen usufructo de esta operación.
Miguel Ryndycz, ex directivo de una importante compañía que opera en el mercado de los hidrocarburos asegura que importar derivados (gas oil y naftas) a los presentes niveles de WTI implicaría en este momento “un margen de utilidad positivo muy importante”.
El especialista estima el saldo en 200 dólares el metro cúbico, dependiendo el módulo logístico. “El precio de surtidor en nuestro país no ha sufrido ninguna corrección a la baja en el último tiempo, por el contrario, ha subido. Estamos hablando de precios plenos, sin exención impositiva alguna”, aclara.
¿Por qué las estaciones de servicio no pueden aprovechar este escenario favorable y comprar combustibles directamente?, lo consultó surtidores.com.ar. “La posibilidad de que cualquier empresa o consorcio importe derivados se limita a que esté debidamente inscripta y autorizada para hacerlo, además y por sobretodo, que la DJAI (Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación) de operación le sea aprobada”, puntualizó.
Ryndycz explica que últimamente, la Secretaría de Energía ha permitido la importación de crudo en operaciones conjuntas para completar la carga a las refinerías con desbalance de crudo liviano o medio en su dieta (calidad API 37 aproximadamente).
“Hay que destacar que esta operación la realiza ENARSA y tiene la pauta de compensar obligatoriamente a la estatal con la diferencia entre el precio de compra ya puesto en puertos argentinos y 77 dólares/barril, que es el precio interno definido por la autoridad para el crudo tipo Medanito. De este modo, todo el crudo procesado a nivel nacional, sea de producción doméstica o importado, tiene el mismo precio de referencia, que es sustancialmente más alto que el del mercado internacional”, puntualizó Ryndycz.
De acuerdo a su visón, la autoridad de aplicación busca que las importaciones queden limitadas al crudo. Sin embargo, aclara que para el mercado automotor es inevitable importar gas oil grado 3 (Premium), puesto que muchas petroleras no han hecho las inversiones para refinar bajo esta exigencia.
“En conclusión, bajo mi perspectiva, la importación de derivados por parte de consorcios nuevos para capturar el margen que ofrece la brecha entre el mercado internacional y el surtidor en Argentina tiene escasa probabilidad de concretarse”, puntualizó finalmente Ryndycz.
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