Un proyecto tecnológico genera polémica en el sector expendedor

La idea surgió del concejal del Partido Demócrata Progresista Aldo Pedro Poy, para que en Rosario, una ordenanza municipal, exija a los titulares de Estaciones de Servicio (entre otras actividades) la incorporación de al menos una terminal electrónica inalámbrica de pago a fin de que al momento de realizar la cancelación del consumo de los clientes, éstos puedan hacerlo de manera visible y clara sin necesidad de entregar el plástico.

Si bien el edil en diálogo con Surtidores, descarto “desconfiar de la buena voluntad y honestidad de los empleados de las expendedoras”, alegó que sería una forma de brindar mayor seguridad y transparencia y evitar posibles fraudes, ya que durante unos minutos el automovilista que no siempre se baja del automóvil para cargar el tanque, pierde de vista el trayecto de su tarjeta.

Sin embargo, Poy adelantó que el problema más fuerte se nota en los bares y restaurantes, ya que el mozo se lleva la tarjeta y vuelve con la cuenta para firmar y por ello, “calculo que finalmente el dictamen dejará exentas a las Estaciones de Servicio de la norma”.

De acuerdo a la información enviada a la redacción de Surtidores por el Concejo Deliberante de esa ciudad, con la iniciativa se intenta con esto, combatir una de las formas más comunes de fraude, conocido como clonación de tarjetas de crédito o débito, que equivale a la emisión o copia de un nuevo plástico con las atribuciones del plástico original.

Al respecto dijo Poy: “Cada vez son más frecuentes las denuncias sobre personas que han sido víctimas de robo de datos de sus tarjetas, debido a la facilidad para acceder a aparatos que copian la información de las bandas magnéticas de los plásticos.”

Al anoticiarse de este hecho, el Secretario de CECHA, Oscar Díaz, aseveró que “estas decisiones les corresponden únicamente a cada empresa, de acuerdo a las necesidades de atención a los clientes, seguridad y agilidad en las operaciones”.

Dijo que “sería bueno tanto que los concejales dediquen su tiempo a elaborar proyectos que solucionen la vida de la gente, en lugar de buscar leyes complicadas que obligan a los comerciantes que invierten y trabajan a gastar dinero sin sentido alguno para beneficio de unos pocos”.