Pronostican que en tres años las Estaciones argentinas serán “multicombustibles”

El nuevo paradigma energético que impulsa el Gobierno nacional con el objetivo de reducir el déficit y contribuir al cuidado del medio ambiente, fue analizado por el directivo de Scania Argentina. Reclamó reglas claras y políticas a largo plazo

Surtidores: ¿Cuáles son las perspectivas en Argentina para los motores 100 por ciento BIO?

Hughes: Como todo proceso, debe llevarse a cabo de manera paulatina. Respecto de algunos fabricantes, de motores y vehículos, como Scania Argentina, ya disponen de la tecnología tanto para el biodiesel como para el biogás o bioetanol. De hecho, hoy vemos su utilización en distintos emprendimientos. 

De allí a que pase a una escala mayor depende de algunos factores, como la disponibilidad y el precio final al usuario. En Argentina hay muchas variables que impactan en los precios, como las subvenciones y los impuestos.

¿Se puede trasladar la experiencia en otros países a nivel nacional?

Sí, es posible, pero todo lleva tiempo y trabajo. Implementar un esquema proveniente de otro país no en sencillo, pues las reglamentaciones vigentes en Argentina deben acompañar dicho sistema.  Esto debe ir ocurriendo, pero es un proceso largo. Hay países que llevan muchos años de ventaja.

¿Cuáles fueron los puntos destacados de su exposición el pasado 7 de noviembre en la sede de la UIA, sobre la cadena de valor del biocombustible?

En el uso de Biodiesel, el principal tema que vemos, es la diversidad de las calidades que se ofrecen. El proceso para fabricar biodiesel “casero”, es bastante simple y tentador por el costo.  Pero el producto final resultante puede ser de mala calidad y mezclado con algún gas oíl de bandera blanca, es como acercarle un fósforo a la pólvora. Estas experiencias caseras son las que han causado problemas y ahuyentan a potenciales usuarios. Pero si el biodiesel es de buena calidad y cumple las normativas internacionales, no hay por qué no usarlo. Siempre hay que preguntar al fabricante del motor, pues no todas las tecnologías permiten su uso.

¿Por qué SCANIA apuesta a este nuevo segmento de motores que todavía en la región está en etapa experimental?

Scania posee a la sustentabilidad en su ADN. Scania lidera en Europa la iniciativa para reducir la emisión de gases invernadero y en consecuencia produce motores para trabajar con diversos biocombustibles como Biogás, Bioetanol y biodiesel. ¿Por qué traer esta política a la región? Porque la atmósfera es una sola, no hay una en Europa y otra por aquí.  Debemos cuidar lo que tenemos, el planeta no tiene una Plan B.

¿Para cuándo estima que podremos ver en las Estaciones de Servicio de la Argentina, sectores especialmente dedicados a la carga de biocombustible puro?

Se debe planificar con tiempo para que las automotrices cambien su producción. No todos los motores actuales pueden usar biocombustibles. Por ejemplo, si se quiere empezar a usar bioetanol puro (como en Brasil) se puede hacer, pero se requieren dos o tres años para cambiar reglamentaciones, motores, fabricación de vehículos, adecuar estaciones de servicio entre otras cosas. Hay que fijar el objetivo y avanzar todos juntos, coordinados y en una misma dirección.

Un comienzo más accesible seria empezar por flotas cautivas, por ejemplo, líneas de colectivos urbanos o camiones de distribución. También el agro puede ser gran consumidor. Luego, si el interés se mantiene, podremos llegar a las Estaciones de Servicio públicas.

Scania tiene un papel protagónico en el desarrollo de un sistema de transporte sustentable, por eso, en materia de combustibles alternativos es la empresa con el porfolio de productos más amplio a nivel mundial, como bioetanol, biogás y biodiesel.

¿Qué políticas públicas considera que se están implementando y cuáles faltan para que el biocombustible pueda competir en iguales condiciones con los hidrocarburos?

Me parece que los gobiernos tienen que decidir el camino que desean tomar y poner reglas claras y a largo plazo (especialmente las impositivas).  De allí dejar que las industrias y los usuarios comiencen a trabajar.  Si existe un interés económico por parte del usuario final, esto puede ayudar a impulsar la idea.