Productores agropecuarios golpeados por el aumento del gasoil esperan respuesta por parte de Aranguren

El Vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes,  manifestó a surtidores.com.ar, su preocupación por el incremento acumulado del 31 por ciento en los combustibles que “impacta directamente en los costos de todos los productores” que consumen hasta 4.500 millones de litros anuales de gasoil.

Por ello, el empresario, informó que el último ajuste de un 10 por ciento dispuesto, que ronda el 31 por ciento desde el 1 de enero pasado, propone echar “más nafta al fuego” sobre gran parte de la actividad agropecuaria.

Recordó el dirigente que a través de los medios, la entidad reclamó al Ministro de Energía, Juan José Aranguren, la adopción de “una política de previsión y de trabajo mancomunado para el anuncio de este tipo de medidas que termina impactando directamente en los costos de todos los productores“.

Al ser consultado sobre la posibilidad de reeditar la opción de un gasoil subsidiado para el campo, destacó que cualquier medida es buena y propuso además otras opciones como una baja o una compensación del combustible de acuerdo al precio de cada producto.

La Confederación consignó que “tampoco” el campo, con un consumo anual de 1/3 de la demanda local de gasoil, puede dejar de adquirir combustible frente al encarecimiento de este insumo y expresó que “no es un hábito sino una necesidad” emplearlo para el trabajo en el campo.

Alertó el productor de campo además que el incremento en el valor del combustible “castiga” la rentabilidad de las economías regionales, cuyas producciones se encuentran alejadas de los puertos y son altamente dependientes del gasoil.

Por ejemplo, destacó que “dentro de los costos de producir arroz el gasoil se lleva el 80 por ciento, en tanto que el combustible participa en el 25 por ciento del costo de cosecha en el centro del país”.

Desde diciembre a la fecha el incremento del valor del gasoil llega a un 31 por ciento, por lo que  expresó que “este sistema energético basado en subsidios y regalías garantizadas a las provincias del sur de la Argentina debe ser modificado“.

Sobre el impacto en el bolsillo del consumidor final de los productos alimenticios fruto de la producción agropecuaria, advirtió que “evidentemente el aumento del combustible se trasladará, pero los productores no recibimos un beneficio por estos reajustes, ya que no somos formadores de precio ni tenemos la potestad de incrementar nuestros precios en base a estos costos”.

Finalizó advirtiendo que “este nuevo incremento implica una transferencia del sector agropecuario al petrolero de $ 16.000 millones en 2016, cifra superior al impacto que tuvo, por ejemplo, la quita de las retenciones en particular en trigo y maíz”.