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Las tres estaciones de servicio que ofrecen el combustible en la zona no reciben fluido desde el sábado, situación que obliga a los consumidores a utilizar naftas, que cuestan el triple que el metro cúbico de gas. Los cortes podrían repetirse durante todo el invierno.
Llegó el frío y como suele ocurrir en algunas provincias aparecen los cortes de gas a las bocas de expendio que procesan GNC. Es que como figuran segundas en orden de importancia por el Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS), cuando las distribuidoras presentan faltantes, cierran los grifos a este segmento y la industria, para garantizar el servicio domiciliario.
Según informa Marcelo Pirri, presidente de la Cámara de Expendedores de Río Negro y Neuquén (CECNERN) el inconveniente radica en la planta recompresora que la empresa Camuzzi Gas del Sur tiene en Gobernador Costa, en la provincia de Chubut, desperfecto que desencadenó en una merma de la de presión en el gasoducto cordillerano.
En tanto, son tres los comercios afectados: uno dual, es decir, que también despacha naftas y gasoil, perteneciente a la marca AXION energy; los dos restantes son de Aspro, abocados exclusivamente al segmento del GNC y por ende, no están ofreciendo servicios al público.
Pirri advierte sobre los contratos que las distribuidoras firman con las estaciones de gas con servicio interrumpible, habilitados y en funcionamiento, en el cual se comprometen – en el mejor de los casos – a garantizar 5.000 metros cúbicos por día, por disposición de ENARGAS. Estas figuras legales debilitan a los expendedores.
En las condiciones actuales el empresario alerta que “va a ser un invierno duro” para los puestos de GNC. Hay experiencias en otras partes del país, como en la región de Cuyo, donde por falta de inversiones en infraestructura durante los inviernos los expendedores sufren reiterados cortes.
Mientras tanto, desde Cammuzi aseguran a sus clientes que están trabajando sobre el tema con técnicos e ingenieros especializados, pero así y todo no se animan a indicar una fecha con precisión en la que podrían retomar las actividades. La incertidumbre está a la orden del día.
Así las cosas, se ven perjudicados los taxis y remises, los consumidores y en última instancia el turismo. Es que por tener que cargar nafta súper, los vehículos de viajes no recorren las calles de Bariloche y esperan en las bases para que la gente se comunique por teléfono.
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