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Bajo el lema “el futuro de la energía también se carga en tu estación”, el diputado nacional Oscar Agost Carreño presentó una iniciativa con el objetivo de impulsar la instalación de surtidores de biodiésel en las Estaciones de Servicio de todo el país.
Un nuevo proyecto ingresó al Congreso de la Nación con el objetivo de impulsar la instalación de surtidores de biodiésel en las Estaciones de Servicio de todo el país. La propuesta, titulada Ley de Promoción para el Uso Ampliado de Biodiésel en Estaciones de Servicio (ver al pie de la nota), busca fomentar la oferta y el consumo voluntario de este biocombustible en mezclas superiores a las actualmente obligatorias, en el marco de la Ley 27.640 de Biocombustibles.
El texto, presentado por el diputado nacional Oscar Agost Carreño, promueve la creación de un régimen de incentivos fiscales, crediticios y regulatorios destinado a ampliar la infraestructura de expendio y fortalecer la industria nacional del biodiésel. Su espíritu es claro: acelerar la transición energética y dar un nuevo impulso a las economías regionales vinculadas a la producción de biocombustibles.

El proyecto introduce la figura de la “Estación de Servicio con surtidor verde”, aquellas que incorporen una línea diferenciada para el expendio de biodiésel puro (B100) o mezclas superiores al 20 por ciento (B20, B30, etc.). A cambio, quienes inviertan en infraestructura específica podrán acceder a beneficios como la amortización acelerada de equipamiento e instalaciones, la devolución anticipada del IVA, un crédito fiscal transferible del 10 por ciento de la inversión neta y exenciones de derechos de importación para bienes que no se produzcan localmente.
El régimen también prevé líneas de crédito blandas del Banco Nación y del BICE, con tasas preferenciales y plazos de hasta siete años, orientadas a pequeñas y medianas empresas del rubro energético. Las estaciones que cumplan los requisitos técnicos y ambientales recibirán una Certificación de Surtidor Verde, que habilitará el uso del sello “Energía Nacional Sustentable”, un distintivo que identificará a las bocas de expendio comprometidas con la movilidad limpia.
En los fundamentos, Agost Carreño subraya que el proyecto “no impone nuevas obligaciones, sino que ofrece herramientas concretas para facilitar la transición voluntaria hacia energías renovables”. Y agrega: “El uso de biodiésel reduce hasta un 70 por ciento las emisiones netas de CO₂, promueve el empleo industrial y genera valor agregado en origen. Es una forma de reconvertir nuestra matriz energética sin poner en riesgo la competitividad del sector”.

El corte obligatorio actual de biodiésel en gasoil —establecido en 7,5 por ciento por el Decreto 438/2022— seguiría vigente, pero la ley permitiría que las estaciones voluntariamente ofrezcan mezclas mayores, habilitando así la participación activa de los operadores privados en la transición energética. Esta flexibilidad apunta a aprovechar la capacidad instalada del sector productivo, que hoy cuenta con excedentes de producción y busca nuevos canales de comercialización interna.
Uno de los ejes del proyecto es la creación del Fondo de Incentivo a la Movilidad Sustentable (FIMS), destinado a financiar la incorporación de surtidores de biodiésel en estaciones pequeñas y medianas, la reconversión tecnológica de flotas de transporte público o agroindustrial, y campañas de concientización sobre el uso de biocombustibles nacionales. El fondo se integrará con partidas presupuestarias, aportes del Tesoro, recursos del Fondo Fiduciario para la Transición Energética y créditos internacionales destinados a energías limpias.
En su exposición de motivos, el legislador recuerda que países como Brasil, Estados Unidos y varios miembros de la Unión Europea ya avanzaron en esquemas de corte superior o consumo voluntario de biodiésel, con resultados positivos tanto en reducción de emisiones como en dinamización de la industria local. En Brasil, por ejemplo, el corte obligatorio alcanzó el 14 por ciento en 2024, con una proyección del 20 por ciento para 2030; mientras que en Estados Unidos las mezclas B20 son de uso habitual en flotas públicas y privadas.

En la Argentina, en cambio, solo una pequeña porción de las estaciones cuenta con surtidores habilitados para biodiésel puro o mezclas avanzadas. “Esta brecha limita la posibilidad de que transportistas, empresas agrícolas y consumidores individuales opten por combustibles más limpios, aun cuando el país posee capacidad de producción suficiente”, detalla el proyecto. La iniciativa busca precisamente corregir esa asimetría mediante incentivos que permitan ampliar la red de expendio y diversificar la matriz de combustibles.
El régimen propuesto tendría una vigencia inicial de diez años, prorrogable por otro período igual, y sería compatible con otros programas de promoción industrial, siempre que no implique superposición de beneficios. También invita a las provincias y a la Ciudad de Buenos Aires a adherir y otorgar incentivos fiscales adicionales dentro de sus jurisdicciones.
Con esta iniciativa, el Congreso comienza a debatir una herramienta que podría redefinir el papel de las Estaciones de Servicio en el mapa energético nacional. En palabras del diputado Agost Carreño, “el futuro de la energía también se carga en tu estación”.
6114-D-2025ya quiere crear un curro nuevo, para que un fondo fiduciario??, que entreguen creditos blandos a buenas tasas y listo, Un fondo fiduciario, es un pozo sin fondo, y nunca llegan los aportes a quienes estan destinados
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