Activar/Desactivar Leer Página
El aumento desmedido de algunos insumos indispensables para el desarrollo de la actividad sumado al incremento salarial acordado para los últimos meses del año, pusieron en jaque la rentabilidad de muchas estaciones de servicio con escaso caudal de ventas.
En los días previos a la asunción de Mauricio Macri a la presidencia de la Nación se registraron aumentos de precios en todos los rubros de la economía, con índices cercanos al 40 por ciento en algunos rubros estacionales.
El puntapié inicial lo dieron las empresas petroleras, que a tan solo horas de conocerse el resultado del balotaje decidieron subas en todos los combustibles cercanos al 4.5 por ciento, un índice ínfimo si se lo compara con la escalada de otros segmentos, pero de gran relevancia por su alcance en la conformación de la mayoría de los costos operativos.
A las estaciones de servicio este escenario, sumado al incremento salarial otorgado para los meses de noviembre y diciembre, les ocasiona una complicación inesperada, especialmente aquellas con poco caudal de ventas. Es que el ajuste de muchos de los gastos indispensables para el desarrollo de la actividad supera ampliamente el respiro que les otorgó la mejora de las pizarras.
“Mi mejor recomendación es `exprimir la naranja de los costos´ y lograr que el personal tome conciencia de evitar el desperdicio en el uso de los insumos, buscar cuáles se puedan evitar prudentemente, porque vamos a tener que ajustar el cinturón y la eficiencia en el manejo de los costos nos va a permitir sobrellevar mejor un escenario económico aún incierto hasta tanto conozcamos el efecto de las medidas que se aplicarán en los próximos meses”, resumió el actual presidente de la Cámara de Expendedores de Chaco, Miguel de Paoli.
El directivo agregó que “en reiteradas ocasiones escuché a dirigentes empresarios de otros rubros expresar su preocupación por el aumento de los combustibles, porque esto (supuestamente) provocaba un efecto cascada en la economía y empujaba los otros costos de los bienes y servicios, afectando la rentabilidad de la cadena. Les respondía de la manera más gráfica posible que durante años los combustibles casi no se movieron de precios, y aún así la inflación galopaba a un ritmo incesante”.
De Paoli considera que “en muchos aspectos, era como discutir sobre el huevo o la gallina, pero la inflación estaba y socavó por igual a todos”, para luego agregar: “el problema siempre fue una cuestión de emisión monetaria, que el actual Gobierno deberá ver cómo detiene a la locomotora del gasto público”.
“Nuestra mejor herramienta de trabajo es el optimismo, y cuanto mas creativos seamos para incrementar la brecha de ingresos versus egresos en tiempos de cambios, mejor nos va a ir”, puntualizó. “Anécdotas de crisis las podemos contar por cientos, pero nuestra visión empresaria debe mirar hacia adelante, porque allí vamos a encontrar las respuestas a nuestros interrogantes”, concluyó sin eufemismos el presidente de CECACH.
Miguel De Paoli:
Es la primera vez que escucho a un dirigente empresarial que, ante una situación difícil dice: …”lograr que el personal tome conciencia de evitar el desperdicio en el uso de los insumos, buscar cuáles se puedan evitar prudentemente”…
y no como siempre hicieron los patrones de buscar ahorro en el despido o reducción de empleados.
DEJANOS TU COMENTARIO!