Precios públicos, estrategias privadas

Del mismo modo que YPF se diferenció de la competencia aumentando sus precios en un menor porcentaje, muchas Estaciones de Servicio decidieron imitar la decisión fijando valores por debajo de los sugeridos por la petrolera que los embandera.

La situación es perfectamente comprobable cuando se ingresa a la web que el Ministerio de Energía dispuso para transparentar el mercado de los combustibles. Y tiene más adeptos en el interior del país, donde la brecha entre marcas puede alcanzar hasta un 10 por ciento.

Surtidores consultó a algunos expendedores que se inclinaron por esta iniciativa. Reconocen que resignan rentabilidad pero lo compensan con mayor afluencia de automovilistas. “La Estación de Servicio es un conjunto, debemos mantener también el público que viene a la tienda y por eso definimos bajar unos centavos”, aseguró un operador.

A excepción de la compañía estatal que comercializa los combustibles a través de un sistema consignado y por lo tanto establece los valores de pizarra con tan solo apretar un botón, el resto de las empresas les vende los productos a las expendedoras que integran su red y estas deciden si respetan los precios sugeridos o si siguen su propia estrategia.

Los que se vuelcan por esta última alternativa lo justifican en que el consumo no sólo se sostiene sino hasta registró un aumento. En febrero, las ventas treparon 4,7 por ciento respecto del mismo mes del 2017, consolidando un crecimiento constante en los últimos 11 meses.

Actualmente YPF es la marca más económica. En Buenos Aires, la nafta de mayor calidad cuesta $29,28 el litro y la súper, a $ 25,24. En el caso del gasoil, los valores quedaron en $ 22,06 para el D500, y en $ 25,70 para el premium Infinia. AXION, Petrobras y Shell, en ese orden, se ubican un escalón más arriba.