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Los valores de las naftas y el gasoil no se mueven desde agosto, cuando todas las compañías del mercado retrocaron sus pizarras 2.5 por ciento en promedio. Sin embargo se aguarda que vuelvan a subir tras el acto eleccionario del 25 o después de un posible balotaje. ¿A cuanto llegarán a fin de año?
Agosto fue el último mojón de la ruta de los aumentos que las compañías petroleras fijaron para los precios de los combustibles. Tras la rebaja del 5 por ciento a comienzos de año, las naftas y el gasoil escalaron todos los meses, a un ritmo de un 1 mensual, aunque este fue el más significativo ya que duplicó las subas anteriores.
La decisión no fue arbitraria ni sometida a cambios monetarios, está relacionada con el escenario político que transita el país previo a las elecciones: los ajustes en el surtidor son muy sensibles al ánimo de los consumidores y un nuevo incremento podría influir negativamente en la decisión de los votantes.
¿Qué pasará después del 25 de octubre o de un posible balotaje? Seguramente las pizarras retomarán su ritmo habitual hasta que se defina el rumbo económico que guiará los destinos del país durante los próximos cuatro años.
Al respecto, el ex Secretario de Energía, Daniel Montamat, sostiene que actualmente los precios de los combustibles en el mercado local, al estar vinculados al barril criollo, se ubican un 30 por ciento por encima del precio internacional en paridad de importación. “Además tienen impuestos que son ad valoren, es decir operan como una alícuota no como una carga fija por litro; a mayor precio mayor más impuesto”, explicó ante la consulta de surtidores.com.ar.
“Si la Argentina retoma referencias internacionales de precios y un impuesto fijo por litro, los precios de los combustibles al tipo de cambio oficial podrían bajar entre un 20 y un 30 por ciento respecto a los vigentes”, pronostica el también ex presidente de YPF.
No obstante opina que se complica establecer alguna conclusión debido a la falta de definiciones. “El problema es que si se retoman las referencias internacionales y hay una devaluación del peso, según cuál sea su magnitud, los precios van a subir aunque bajen en dólares”, precisa.
Y agrega: “las distorsiones que deja este Gobierno son muy serias, tanto en el tema cambiario como en los precios de los servicios públicos. Hay que tener en cuenta que Brasil devaluó 76 por ciento su moneda respecto al dólar en este último año y es uno de nuestros principales socios comerciales. Nosotros hemos estado revaluando el peso respecto al dólar en valores reales porque las minidevaluaciones periódicas no compensan la inflación en pesos”, concluyó Montamat.
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