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La retracción de la demanda y la incesante importación de naftas y gasoil obligan a las empresas a diversos mecanismos para estimular el consumo. Así, crecen las acciones de márketing y los descuentos con tarjetas. ¿Qué opinan los expendedores?
Según datos del Ministerio de Energía de la Nación, en septiembre se importaron 129 mil metros cúbicos de naftas y gasoil, una operación favorecida por los bajos costos internacionales y los subsidios que otorga el Gobierno a este tipo de transacciones.
A su vez, el consumo exhibe mensualmente índices de retracción constantes, provocados por los altos costos de los combustibles en el surtidor y el impacto de una actividad económica que aún no logra despegar. Este combo en definitiva, origina una sobreoferta de producto que obliga a las empresas petroleras a implementar diversos mecanismos para alentar el consumo a través de distintos canales, en ocasiones incluso perjudicando los intereses de las estaciones de servicio con las cuales se vinculan contractualmente.
Oscar Díaz, actual Secretario y ex Presidente de la Confederación de Entidades de los Hidrocarburos (CECHA), asegura que “constantemente estamos analizando la situación del mercado, en especial la gran oferta que hoy existe, fundamentalmente de gasoil”.
Hace referencia a las compras del exterior que están realizando algunas petroleras, incluso de marcas reconocidas, a un precio muy competitivo, las cuales vuelcan a los consumidores finales de manera directa o mediante operadores mayoristas evitando que sean aprovechadas por los expendedores.
Para compensar a los estacioneros, sin embargo, abundan las promociones y ofertas de descuentos a través de tarjetas. Todas las marcas tienen la suya aunque sobresalen YPF con Serviclub, AXION energy con 360 y Shell mediante su exitosa asociación con la compañía aérea Latam y la calificada automotriz BMW.
No obstante el gran movimiento que envuelve al sector de los combustibles, el empresario afirma que el panorama no se presenta muy alentador en lo que respecta a una eventual mejora de rentabilidad. Pone el acento en el aumento de costos y tarifas, aunque su preocupación se centra en la actualización salarial –recientemente acaban de acordar una mejora para el personal del 18 por ciento correspondiente al segundo tramo paritario-. “El impacto del aumento va a ser muy importante”, advierte Díaz.
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