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La Secretaría de Energía elevó el porcentaje de mezcla en el gasoil al 7,5 por ciento. Sin embargo muchas petroleras no acatan la medida. ¿Cuáles son las razones y a quienes beneficia?
La crisis de abastecimiento de gasoil que afectó severamente al país durante 2022, generó la búsqueda de alternativas para mejorar el suministro. Uno de los recursos fue el de incrementar la mezcla de biodiesel para obtener un mayor volumen a distribuir entre las Estaciones de Servicio, que por esos días denunciaban faltantes generalizados.
La medida sin embargo, no tuvo de parte de las compañías petroleras la respuesta esperada. Tal es así que actualmente, los porcentajes se ubican en un 50 por ciento de lo acordado. Al respecto, surtidores com.ar dialogó con Claudio Molina, analista en Bioenergías y Ferrocarriles, quien brindó su opinión sobre el desarrollo de este mercado.
¿Por qué las petroleras están cortando el gasoil con menos porcentaje de lo indicado por ley?
La Ley 27.640 establece que las naftas deben cortarse con un 12 por ciento de bioetanol -en la medida de lo posible, en partes iguales, provenientes las mismas de caña de azúcar y de maíz-, y el gasoil con un 5 por ciento de biodiesel. En junio del año pasado, la Resolución 438/2022 de la Secretaría de Energía elevó este último porcentaje al 7,5 por ciento, y además, por DNU 330/2022, en forma transitoria, por dos meses, prorrogados a cuatro meses, elevó un 5 por ciento adicional, hasta el 12,5 por ciento este mandato, a través de un régimen de excepción que denominó como “Corte Transitorio Adicional de Biodiesel” o COTAB.
Mientras los refinadores de petróleo en general cumplen este año con el mandato en nafta, en gasoil el cumplimiento solo proviene de los principales operadores privados, no así de YPF S.A.
El año pasado, a pesar del grave desequilibrio registrado entre la oferta y demanda interna de gasoil, no se cumplió el mandato, al tiempo que se importó más gasoil que el necesario, de cumplirse el mismo, concomitantemente. Y este año, en el período enero-junio, el corte promedio de gasoil con biodiesel ronda un 5 por ciento -correspondiendo ser imputado en este último caso el grueso del desvío, a YPF S.A.
La Secretaría de Energía, a pesar de tener que aplicar multas en cumplimiento de lo establecido en los artículos 18 y 19 de la Ley 27.640 por la verificación del citado incumplimiento, no lo hace, evitando así entrar en conflicto de intereses con la empresa YPF S.A., a quien debe controlar con la misma vara que al resto de refinadores de petróleo.
YPF S.A. aduce que compra todo el biodiesel que le ofertan las empresas autorizadas, cantidad que según ella, no alcanza. Las estadísticas oficiales indican lo contrario.
El año pasado, aún pudiendo comprar biodiesel en el régimen COTAB, YPF S.A. no lo hizo en la cantidad que debió hacerlo, a pesar que la oferta era fluida.
Este año, la citada empresa prefiere apostar por más producción propia de gasoil e importar, antes que usar biodiesel, sin interesarse demasiado por incumplir la legislación en curso.
Toda vez que se haya registrado un faltante de biodiesel en el mercado interno, dicho faltante ha sido menor a las cantidades incumplidas por YPF S.A. Y el mismo derivó del incumplimiento por parte de la Secretaría de Energía de la publicación del precio de biodiesel obligatorio para la compra venta, en tiempo y forma, y/o por la fijación de precios por debajo de los costos promedios de la industria, en violación a lo establecido por los artículos 13 y 14 de la Ley 27.640.
Este último problema ha sido recurrente y se agravó a partir del último cuatrimestre del año anterior, toda vez que la Secretaría de Energía de la Nación (SEN) ajustó el precio del biodiesel, a razón de un 4 por ciento mensual en concordancia con los ajustes de precios en surtidor, a pesar que la inflación registrada en igual período, ha llegado a superar dicho ajuste de manera significativa.
La SEN habitualmente trata de llegar a un acuerdo con YPF S.A. antes de fijar los precios de los biocombustibles, a pesar que los citados artículos 13 y 14 de la Ley de Biocombustibles, no establecen eso.
¿En que las beneficia?
Las grandes refinadoras de petróleo privadas, últimamente vienen cumpliendo con el mandato de corte de gasoil con biodiesel. Por lo tanto, si hay un beneficio por incumplir el mandato, que en primer lugar no es para el país ni para los argentinos, es para YPF S.A.
En la práctica, a las estadísticas oficiales y a algunos de los registros de pagos de las facturas de venta de biodiesel por parte de los productores locales habilitados para la compraventa obligatoria, me remito, YPF S.A. no es amigable con el biodiesel. Corta menos y paga a largo plazo, violando la norma de la SEN que establece un pago a treinta días. Aclaro que esa obligación rige desde la entrega del producto, no desde el momento en que YPF S.A., de manera arbitraria decide formalizar la entrega y solicitar la emisión de la factura respectiva al vendedor, postergando los plazos de manera unilateral.
Por otra parte, el metanol, que es un insumo básico para la producción de biodiesel, YPF S.A. lo vende muy por arriba de la paridad de importación y al contado, abusando de su posición dominante en el mercado, que en este producto, es manifiesta.
Mientras tanto, Banco Nación y la SEN anunciaron días atrás con “bombos y platillos” un programa de financiamiento blando a los productores de biodiesel que operan en el mercado local, el que, por cierto, no sería muy necesario si la propia SEN hiciera cumplir a YPF S.A. con el plazo de pago que sus resoluciones establecen.
YPF S.A. quiere terminar con el mandato de FAME, y comprar biodiesel sin que exista obligación legal, únicamente cuando este producto sea más barato que el gasoil en términos de energía equivalente y computando los costos de transacción involucrados. No considera necesario al biodiesel en la transición energética del transporte y, por el contrario, de última, produciría ella misma HVO o Green Diésel (construyendo una o más plantas productoras), aún a costa de un cierre masivo de sus proveedores actuales de FAME, PyMES y grandes integradas que operan en el mercado interno.
Evidentemente, los mensajes del Gobierno son contradictorios frente a esta actitud de YPF S.A. En otras palabras, la realidad resulta incómoda.
¿Cómo afecta esta decisión a la industria del Biocombustible?
Le genera un enorme perjuicio económico. Debemos considerar que la industria de biocombustibles no está madura, tiene bastante menos que dos décadas de existencia, cuando la del downstream petrolero tiene mucho más de un siglo en el país. No son comparables.
No es bueno que haya pérdidas para los agentes económicos, sean públicos o privados, grandes, medianos o pequeños, operen en el rubro que operen. Pero en el caso de esta industria, el constante cambio e incumplimiento en las reglas de juego, la pone en muchos casos al borde de la bancarrota.
Y lo peor es que el mercado de combustibles líquidos en Argentina es oligopólico del lado de la venta, y oligopsónico (de escasa demanda) del lado de la compra de biocombustibles, con un jugador, que tiene una posición cuasidominante, mientras su mayoría accionaria está en manos del Estado Nacional y de algunas provincias. Uno esperaría otro comportamiento de YPF S.A. y también de la SEN.
¿Por qué no hay sanciones de la Autoridad de Aplicación?
Según Wikipedia: “La captura del regulador es un tipo de fallo del Estado que ocurre cuando una agencia regulatoria, creada para defender el interés general, actúa en favor de ciertos intereses políticos o grupos de interés del sector sobre el cual está encargada de regular”.
Esta figura por lo general se concreta al mismo tiempo que se registra la denominada “legislación inversa”, la que ocurre cuando los regulados son los que escriben las normas en lugar del regulador.
Pues bien, observo con mucha preocupación que en muchas ocasiones esto es lo que se verifica en la práctica, en la Secretaría de Energía de la Nación. No es exclusivamente un desvío de la actual gestión, se ha producido a lo largo del tiempo, cualquiera sea el signo político gobernante.
Pero cuando gobiernan aquéllos que públicamente se jactan de beneficiar a empresas medianas y pequeñas, resulta en una grave contradicción, que solo pareciera tener motivaciones electoralistas.
Pareciera que la SEN quiere evitar conflictos de intereses con la poderosa YPF S.A. Si aplica alguna multa, lo hace manera muy esporádica y por temas menores, para “tranquilizar a la tribuna”.
¿La utilización de más biocombustibles no generaría a las petroleras mayores saldos exportables de combustibles y más producción para las PyMES nacionales productoras de Bios?
Efectivamente, toda vez que los refinadores de petróleo tengan capacidad de producción de nafta y gasoil, ociosa, liberarían saldos para la exportación.
En la práctica, Argentina es estructuralmente importadora de gasoil. Hay si, sobrantes de gasoil de una calidad menor y faltantes del producto premium, que suele generar algún cruzamiento en el comercio exterior.
Los biocombustibles ayudan a reducir esas importaciones, mientras en todos los casos, sus productores locales pueden aumentar su nivel de actividad.
Lamentablemente eso se torna difícil, toda vez que la Autoridad de Aplicación, en este caso, la SEN, o bien no cumple con sus obligaciones en la materia, o bien lo hace muy parcialmente -la lista de desvíos que se registran en el Programa Nacional de Biocombustibles no se agota con todos los problemas abordados en esta entrevista, sino que es mucho más larga, incluso, el decreto reglamentario de la Ley 27.640 y sus normas complementarias, han resultado de una mediocridad extrema-.
Respecto a los precios al público, ¿cómo afectaría un mayor porcentaje de mezcla?
En el caso del bioetanol, aporta alto octanaje a las mezclas mejorando sensiblemente la huella de carbono, frente a la alternativa de incorporar aditivos más caros, que en general, son cancerígenos. Si bien tiene menor poder calorífico que la nafta, no lleva a un encarecimiento del precio de la mezcla en surtidor.
En el caso del biodiesel, como mínimo mejora la huella de carbono y reduce la influencia de componentes cancerígenos que tiene el gasoil -al respecto, en 2012 la Organización Mundial de la Salud hizo público un documento que indica que la exposición del hombre a las emisiones de gasoil, aumenta significativamente la probabilidad de adquirir cáncer de vejiga y pulmón, pero lamentablemente, este documento no ha tenido toda la trascendencia que la salud pública mundial, merece, probablemente porque existieron intereses que lo frenaron-.
En general, el biodiesel es más caro que el gasoil importado, pero no mucho más caro en promedio si esa diferencia la medimos a lo largo de una serie de tiempo larga. Ahora bien, a la luz del problema asociado al calentamiento global y el carácter cancerígeno antes descrito, el biodiesel resulta muy económico.
Se viene presentando un grave problema con la imposición específica relativa entre combustibles minerales y biocombustibles.
Lamentablemente el Poder Ejecutivo ha sumado más desvíos y viene postergando parcialmente los ajustes trimestrales que por ley corresponden realizar sobre las alícuotas de los Impuestos a los Combustibles y CO2. Esta decisión no se ajusta a derecho, el Ejecutivo comete una arbitrariedad, que ha generado costos mayores a US$ 4000 millones a los argentinos, desde que por primera vez la aplicara el entonces Secretario de Energía Gustavo Lopetegui, y hasta estos días, en que sigue aplicándose la medida, a pesar que fuera ideada por un funcionario del gobierno anterior -actitud no muy común en el actual gobierno nacional-. Además, el Ejecutivo ha otorgado un régimen de incentivos para los importadores de combustibles, destinado a compensar estos impuestos en el caso del combustible importado.
Consecuentemente, la alícuota de dichos tributos está muy baja en términos de sus niveles históricos, con independencia del costo fiscal que genera, problema que llamativamente no es alertado a la opinión pública por uno o más consultores energéticos que atacan permanentemente a los biocombustibles por este lado, haciendo énfasis en que están desgravados de los citados tributos.
Al ser tan bajos los Impuestos a los Combustibles y CO2, la desgravación que gozan los biocombustibles frente a los mismos, se empieza a tornar abstracta y poco ayuda para achicar la brecha en surtidor -fundamentalmente, del biodiesel, porque como se expresó antes, el bioetanol es muy competitivo-.
Con independencia de los precios relativos, por ley de la Nación se estableció que deben usarse los biocombustibles en mezclas obligatorias, y como mínimo, los mandatos en curso, deben cumplirse. Pero ello, particularmente en el caso del biodiesel, está muy lejos de ocurrir.
Grave problema tenemos en Tierra del Fuego con los combustibles de YPF, donde no agregan etanol a las naftas (tampoco bioetanol, publicado en ficha técnica del combustible por debajo del paralelo 42). No sólo perjudica el funcionamiento de los motores modernos, sino que están vendiendo naftas sin el octanaje que los usuarios creen están adquiriendo.
El aceite vegetal incorporado al gas oil destroza las bombas inyectoras de combustible en los motores. Los legosladores que sancionaron esa medida no tienen ni idea. GAS OIL 100% con sus aditivos….y Exporten el aceite de soja a China asi genera divisas.
El aceite vegetal incorporado al gas oil destroza las bombas inyectoras de combustible en los motores. Los legisladores que sancionaron esa medida no tienen ni idea. GAS OIL 100% con sus aditivos….y Exporten el aceite de soja a China asi genera divisas.
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