PDVSA ya prepara su estrategia para disputarle el mercado a las más grandes

El anuncio del ministro de Planificación Julio De Vido que PDVSA ingresará en el negocio de la destilación de combustibles en la Argentina, es el resultado de cómo Argentina imagina resolver los problemas de abastecimiento que viene padeciendo desde hace al menos cinco años. 

Así lo hicieron saber allegados al Gobierno que imaginan que el montaje de una planta refinadora hará posible el camino hacia la solución de estar permanentemente al límite de la saturación de su capacidad de producción de combustibles Pero no sólo eso, también combatir “el control oligopólico” de los actuales operadores, una figura cada vez más instalada luego de la denuncia efectuada contra las petroleras por parte de las autoridades. 

Según precisa el medio Página/12, el presidente de PDVSA Rafael Ramírez, es el más entusiasmado por ver concretado el proyecto de refinar petróleo en suelo argentino y disputarle el negocio a Repsol, Shell y Esso. Detalló que trabajan junto a su par argentina Enarsa para constituir una empresa mixta que será la encargada de producir unos 100 mil barriles diarios de petróleo en un área ya asignada en la Faja del Orinoco, la rica cuenca hidrocarburífera de la geografía venezolana. “Aquí está todo el petróleo que requiere Argentina, pero para procesarlo necesita ampliar su capacidad de refinación”, expresó Hugo Chávez el miércoles, teniendo a su lado a De Vido. Ramírez es el responsable de llevar cuanto antes a la práctica esas expresiones.

En las oficinas de Ramírez en Caracas ya están las carpetas con los números que constituyen el presupuesto del proyecto. La inversión necesaria para la extracción del crudo asciende a 2200 millones de dólares. La producción, según las proyecciones, podría ser llevada hasta los 200 mil barriles diarios.

Del lado argentino, Enarsa no estaría obligada en una primera etapa a aportar capital efectivo para la financiación del proyecto. A cambio, Argentina ofrecerá todas las facilidades para la instalación de la planta de refinación en el país, que en principio no se descarta que sea de propiedad exclusiva de PDVSA (y no en el esquema de empresa mixta, como lo será la extracción del crudo en la Faja del Orinoco).