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Dirigentes gremiales adelantaron a surtidores.com.ar que analizan iniciar la discusión salarial con un piso del 25 por ciento. Todavía no definieron con precisión la cifra pero aseguran que para responder a los aumentos de precios en los supermercados se necesita un salario básico superior a los 5000 pesos
A poco más de un mes de comenzar la discusión paritaria, todo parece indicar que la brecha entre las pretensiones de los empleados y las posibilidades de los empresarios resultará un escollo difícil de zanjar. La gran mayoría de los gremios plantean aumentos cercanos al 25 por ciento – en coincidencia con las perspectivas inflacionarias que estiman las consultoras privadas mientras que los empresarios proponen aferrarse al 18 que planteó Cristina Fernández de Kirchner meses atrás en su intento de bajar las pretensiones salariales.
Hasta el momento son muy pocos los sindicatos que anticiparon la cifra acorde a las necesidades de su sector. Sin embargo José Escoda, secretario general del Sindicato de Estaciones de Servicios de Mendoza, aclaró que aunque todavía no se definió un monto concreto para empezar a conversar, hay que pensar en incrementos del 25 por ciento.
El reclamo inicial del año pasado apuntaba a que ningún trabajador perciba menos de $4000 y el sector terminó homologando acuerdos por subas del 35 por ciento. Para este período la estrategia sería la misma y los gremios plantearían como necesario alcanzar un sueldo básico de no menos de $5000. Según explicaron a este medio, de esta manera el reclamo se presenta más comprensible porque hoy hay un cierto grado de consenso en que el costo de una canasta familiar se acerca a esta cifra, de acuerdo a los cálculos de los especialistas. Para que el trabajador no pierda poder adquisitivo tenemos que alcanzar un salario de 5000 pesos, sostuvo el dirigente gremial.
La entidad que conduce Escoda está nucleada en CGT y hasta el momento parece seguir los lineamientos de su secretario general, Hugo Moyano, quién comenzó a buscar apoyo de los referentes de la central sindical no alineados con el Gobierno Nacional en pos de fijar un piso del 25 por ciento de aumento.
Una opción que analizan desde los sindicatos es acordar por el tope del 18 por ciento que sugiere el Poder Ejecutivo pero siempre y cuando quede firmado que a los 6 meses las paritarias se reabrirán para volver a discutir otra suba. No obstante, la incertidumbre sobre lo que pueda ocurrir en el futuro en el interior del movimiento obrero en su relación con las cámaras empresarias y el poder político lleva a los dirigentes a preferir convenios para todo el año.
La negociación no va a ser fácil pero esperamos encontrar el consenso para evitar el conflicto y medidas de fuerza, expresó Escoda.
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