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Los especialistas en energía destacan la creación del Ministerio que lidera Juan José Aranguren, pero cuestionan que la estructura organizativa de las subsecretarías no hace hincapié en la recuperación del autoabastecimiento y soberanía energética.
Víctor Bronstein, Director del Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad (Ceepys) evalúa los cambios que el Decreto 231/2015 (descargar) plantea para el organigrama del Ministerio de Energía, en una entrevista para surtidores.com.ar.
¿Qué opinión tiene sobre el nuevo organigrama?
Me parece muy importante haber creado un Ministerio de Energía, ya que la energía es el insumo fundamental para el desarrollo de nuestras sociedades. Argentina y Paraguay eran los únicos países de nuestra región que no contaba con un ministerio de esta naturaleza. Además, después de las privatizaciones de los noventa, la Secretaría de Energía había quedado muy disminuida y era necesario crear un marco institucional que represente la centralidad de la cuestión energética.
¿Qué cambios aplica en el sector petrolero y de los combustibles respecto del anterior?
Respecto al esquema anterior, se crea la Secretaría de Recursos Hidrocarburíferos y las subsecretarías de Exploración y Producción y de Refino y comercialización. Es decir, que representan lo que se conoce habitualmente como upstream y downstream que son los dos grandes segmentos del sector.
¿Qué importancia tiene el organigrama para el desarrollo de la industria?
El organigrama muestra muchas subsecretarías y suena importante pero también superpoblado y con áreas que parecen solaparse. Además tiene un tufillo neoliberal que no es bueno para el sector energético. Por ejemplo, no se habla de establecer políticas para procurar el autoabastecimiento o, en el downstream, se habla sólo de promover políticas de competencia en el mercado desregulado de hidrocarburos, y no se habla de intervención en caso que haya situaciones que así lo requieran por la característica oligopólica de este mercado.
La cuestión energética es una cuestión de seguridad nacional y, por lo tanto, trasciende las cuestiones económicas o ambientales. Este organigrama no refleja esta trascendencia. Tampoco queda claro cómo va a ser la relación entre el Ministerio y las distintas empresas del sector energético. En el tema de energías renovables, es fundamental la cuestión tecnológica. No queda claro la vinculación con Universidades y el sistema científico tecnológico. Espero que cuando comience a andar el carro los melones se vayan acomodando, como decía Sarmiento.
¿Mejora los problemas de burocracia tener diferentes áreas específicas, como exploración y refinación?
Es correcta esta división. El upstream es una actividad minera y debe tener objetivos políticos claros como el autoabastecimiento que, en nuestro país, es la forma de conseguir la seguridad energética. El downstream es una actividad industrial y tiene otra lógica y otras regulaciones.
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