La Cámara Nacional de Apelaciones Sala VI determinó justificado el reclamo de una trabajadora de una Estación de Servicio, quien se consideró despedida al ser modificada la función que cumplía dentro del establecimiento durante 17 años.

En efecto, su prestación normal y habitual era la de actuar como encargada del minimercado y sólo admitió hacerlo en la playa de expendio, mientras el citado local estaba siendo pintado y remodelado.

No obstante, una vez finalizadas las obras se la mantuvo en ese puesto, “lo que explica la ruptura del vínculo por razones reprochables a la demandada ya que si bien podía no existir agravio salarial, la mutación de funciones implicaba un perjuicio moral a su persona y un cambio esencial de las tareas”, argumentó el fallo judicial.

Al respecto, la empresa observó que la medida resultó injustificada ya que no hubo abuso del “ius variandi” (la facultad que tiene el empleador de alterar unilateralmente condiciones no esenciales del contrato individual de trabajo).

El recurso no fue considerado viable por los magistrados, ya que la lectura del artículo 66 de la LCT revela como condiciones y requisitos para la operatividad de la figura del “ius variandi”:

1. a) la potestad de variar sea ejercida razonablemente, o sea funcionalmente en base a motivos objetivos que legitimen la decisión empresaria;
2. b) que no se altere una modalidad esencial y/o estructural de la relación de trabajo y,
3. c) respeto al principio de indemnidad, o sea que el cambio impuesto no implique perjuicio material y/o moral del subordinado afectado.