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El director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, Claudio Molina, describió la situación actual de los porcentajes de mezcla y reclama transparentar la relación entre YPF y la Secretaría de Energía.
En el boletín del 8 de febrero, la Secretaría de Energía publicó la fijación del precio del bioetanol tanto a base de caña de azúcar como de maíz en $65,420 por litro, destinado a su mezcla obligatoria con nafta en el marco de lo dispuesto por la Ley N° 27.640. Así vuelve a surgir la duda de cómo afecta a los diferentes actores de las naftas.
“Los porcentajes de mezclas influyeron positivamente durante el período de congelamiento del valor de los combustibles para regular la rentabilidad de las petroleras”. Así lo afirma en diálogo con surtidores.com.ar el director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, Claudio Molina, quien asegura que durante este período las grandes compañías petroleras llegaron a superar el 12 por ciento de corte.
“Ya que el precio del bioetanol era mucho más conveniente frente al de la nafta importada, en el marco del congelamiento del precio de los combustibles, varios refinadores cortaron las naftas por encima del 12 por ciento. Por esta razón, la industria azucarera adelantó sus entregas de stock y se prevé que para marzo y abril podría faltar producto para responder a la demanda. En este sentido, aunque en parte la industria maicera puede cubrirla, el gobierno va a reducir ese porcentaje, como mínimo al 10 por ciento”, pronostica.
De esta manera, el directivo, entiende que existen dos grandes inconvenientes: por un lado, que los porcentajes de corte no se pueden modificar constantemente de un momento al otro; y por otro, que la Secretaría de Energía no blanqueó que las compañías petroleras realizaron el corte por encima del 12 por ciento.
Pero, ¿por qué esto representa un problema? El entrevistado declara: “Las petroleras no lo registran para no quedar en descubierto frente a las compañías automotrices ya que estas aseguran que no se puede usar más del 10 por ciento. Lo positivo es que quedó demostrado que el combustible se puede cortar con más del 14 por ciento de producto amigable con el ambiente. Quienes dicen que no, ponen una barrera para evitar que crezca el contenido de bioetanol en las naftas y usarlo cuando les conviene, sin importar la producción nacional y el cuidado del medioambiente”.
Para Molina, el aumento del bioetanol se produjo como consecuencia de la suba registrada por YPF días pasados para las naftas y por el acuerdo que, en el último cuatrimestre del año pasado, llevaron a cabo la Secretaría de Energía y algunos productores. “Es así que el precio de este biocombustible se ajusta en función de las variaciones de precio de las naftas establecidas por YPF para la Capital Federal”, explica.
Asimismo, manifiesta que esta cláusula difiere de lo establecido por la Ley 27.640 en su artículo 14, que determina: “Las metodologías de cálculo de los precios de los biocombustibles para el abastecimiento de las mezclas obligatorias con combustibles fósiles que establezca la autoridad de aplicación deberán garantizar una rentabilidad determinada por la misma, considerando los costos de su elaboración, transporte y el precio para producto puesto en su planta de producción“.
Con esta mención, concluye: “Es otra prueba que la Secretaría de Energía gestiona de acuerdo a su criterio y pidiendo permiso siempre a YPF. La industria del biocombustible viene soportando serios problemas desde el gobierno anterior, por eso es fundamental que la autoridad de aplicación y las empresas privadas sean independientes”.
Hacia el futuro, Molina pide que la Secretaría haga cumplir los mandatos de uso de biocombustibles y que se apliquen las correspondientes multas para aquellos que no se alineen a lo que corresponde. Además, cree necesaria la emisión urgente de un decreto reglamentario abarcativo, superador del actual 717/21 que esté por encima de las resoluciones que la Secretaría de Energía al respecto quiere emitir.
Por último, considera prioritario la organización de un debate profundo para modificar la ley 27640. “Esta ley fue mal concebida, no solo en materia de bioetanol y de biodiesel sino para otros biocombustibles”, remarcó.
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