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En un contexto donde cada día de inactividad impacta directamente en la rentabilidad, se buscan estrategias que permitan ejecutar los trabajos sin interrumpir el servicio.
Los cambios regulatorios, las exigencias ambientales y el avance tecnológico de las Estaciones de Servicio transformaron profundamente la forma de ejecutar proyectos de infraestructura.
En ese escenario, optimizar los tiempos de instalación se convirtió en un diferencial competitivo clave. Esta visión es la que sostiene Fabián Porco, ingeniero y gerente de operaciones de COSEPESA, quien asegura: “lo que más desarrollamos es la optimización de tiempos, sobre todo porque la estación parada es un perjuicio económico para el operador y para la petrolera“.
En diálogo con surtidores.com.ar, Porco explica que la estrategia de eficiencia se basa en la experiencia, la planificación logística y el trabajo colaborativo con el operador y la petrolera. “Nuestro sistema de caminos críticos busca optimizar los plazos. Para eso, hay que estudiar, controlar, verificar y trabajar en equipo”, remarca.

Esa lógica de trabajo permite, por ejemplo, realizar una instalación de cuatro tanques en 35 días (sin incluir pavimento), siempre que la logística y los elementos necesarios estén correctamente coordinados.
En este sentido, el ejecutivo sostiene que “hay que estar siempre un paso adelante en las necesidades para justamente llegar a esos tiempos de instalación“.
¿Cómo es posible? La industria vivió una transformación estructural en las últimas dos décadas. Las obras pasaron de utilizar cañerías metálicas con uniones cada pocos metros a sistemas plásticos flexibles, de doble pared, con sensores y dispensers ambientalmente seguros.
Esto permite trabajar más rápido y reducir los riesgos de instalación y mantenimiento. De esta manera se mejoró el impacto en el ambiente y abaratar la materialidad de los insumos.

La demanda actual combina grandes obras integrales con tareas menores de mantenimiento y actualización de infraestructura. El desafío: que la actividad no se detenga. “Hay que trabajar, estudiar, desarrollarse. Y eso implica explicar los tiempos, las fases del trabajo y cómo se reparten los días”, detalla el Porco.
En ese proceso, es clave el vínculo entre el operador, la petrolera y el proveedor. Asegura que en muchos casos, “el estacionero no tiene por qué tener una perspectiva técnica, entonces aparece la compañía, y con ella se logra congeniar los detalles“.
De cara a 2025, Porco ve un escenario de crecimiento acompañado por mayor libertad económica y una cultura técnica más sofisticada. “Es el tiempo del emprendedor, de la ciencia, de la tecnología y del crecimiento “, concluye con optimismo.
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