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La refinería que la empresa tiene en San Lorenzo, provincia de Santa Fe, está procesando el doble de volumen que cuando estaba en manos de Petrobras; con ansias de participar de un mercado en crecimiento encargó estudios a especialistas para evaluar la posibilidad de ampliar las instalaciones; le interesa el negocio de las naftas
La destilería de San Lorenzo, anteriormente a cargo de Petrobras, hoy propiedad de Oil Combustibles, la petrolera del Grupo Indalo, pasó de procesar 2.500 metros cúbicos de petróleo a más de 5.000. Esta eficiencia en la obtención de combustibles fue posible gracias a las obras realizadas luego de la adquisición, lo que permitió incrementar y optimizar la capacidad instalada.
Así indicó Daniel Quarín, secretario adjunto del Sindicato de Trabajadores del Petróleo de Empresas Privadas de San Lorenzo. “Eso significa estabilidad laboral”, destacó el dirigente.
De todas maneras, de acuerdo a información de la compañía la planta está diseñada para tratar 8.000 m3 por día, entre crudos livianos y medios, lo que representa el 8 por ciento de la capacidad de refinación del país. Por lo tanto, aún tiene margen para seguir ajustando la ingeniería y afianzar su posición en el negocio.
Quarín anunció que la empresa está realizando estudios para evaluar la incorporación de tecnología que permita aumentar la producción de naftas. No dispone de catalizadores y otros recursos para procesar la calidad de crudo que llega desde los pozos. Recibe materia prima por vía marítima de las Cuencas Neuquina, Austral y del Golfo San Jorge.
Actualmente, por sus características técnicas, Oil Combustibles prioriza la elaboración de productos pesados, como el fuel oíl, utilizado para la generación de energía eléctrica. La refinería de San Lorenzo posee tres unidades de destilación atmosférica, dos unidades de destilación al vacío, una unidad de cracking térmico, tanques de almacenamiento de crudos, productos intermedios y finales e islas de despacho tanto como para productos livianos (nafta y gas oil) como para productos pesados (fuel oíl, IFO y asfalto).
Con estos proyectos en carpeta, la compañía confirma su interés por acompañar el alza del consumo que evidencia el mercado desde hace años, en el caso de las naftas superior al 6 por ciento anual. Es también una estrategia para mantener la participación, siendo que otras empresas están encarando inversiones millonarias en sus instalaciones.
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