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Ayer se concentraron ante las cámaras empresarias que representan a las estaciones de servicio planteando dureza en los reclamos contra las autoridades por el aumento de la energía eléctrica y del gas. Buscan anticiparse a despidos y suspensiones.
Más de 120 empleados de bocas de expendio nucleados en el Sindicato Petrolero de Córdoba (SINPECOR) se movilizaron ayer hacia la sede de la Federación de Empresarios de Combustibles y Afines de Córdoba (FECAC) para entregar un petitorio a la Comisión Directiva que exige acciones directas en defensa de las Pymes de la actividad.
Guillermo Borelli, Secretario General del SINPECOR, alerta que la situación es de gravedad: “si no hay una solución urgente hay estaciones que van a empezar a reducir personal, si es que no cierran”. Por eso, pide a los expendedores rigor en las demandas ante el Gobierno Nacional.
Por ahora, las expectativas están puestas en una reunión que empresarios de todo el país nucleados en la Confederación (CECHA) llevarán adelante en la jornada de hoy con funcionarios del Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS) para buscar una solución a los desmedidos aumentos en la factura de gas.
“Si vemos que no hay reacción, el conflicto va a ser con los empresarios”, se plantó Borelli. Aunque paso siguiente se mostró comprometido en colaborar con el plan de lucha que decidan los expendedores. “Vamos a acompañar con las medidas pero tienen que ser rápidas”, expresó.
Aclaró que “no vamos a resignar nuestras condiciones de vida porque no saben resolver sus cosas”, dejando en claro que la negociación paritaria prevista para el mes de septiembre será acorde a los niveles de inflación que presenta el país, por más que haya inconvenientes de rentabilidad.
Para graficar el panorama de conflicto, Borelli contó que un afiliado denunció en el sindicato a su patrón por haberse negado a abonar el salario aludiendo fuertes incrementos en los costos operativos. “Le dijo que tenía que pagar la factura de gas”, cuestionó.
Días más tarde, el Ministerio de Trabajo de Córdoba tomo nota del problema y finalmente el playero pudo recibir los haberes que le correspondían. Sin embargo, este caso testigo encendió la alarma, en un contexto de ajuste generalizado, caída de las ventas y márgenes acotados.
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