Activar/Desactivar Leer Página
La Unidad Ejecutiva de Monitoreo redujo un 8 por ciento el precio que las petroleras pagan a los productores locales más pequeños, al tiempo que llevó de 5 a 13.2 por ciento la alícuota efectiva de los derechos de exportación. La situación de la industria.
El primer trimestre de 2015 fue el peor de la historia para el sector exportador, representado por las empresas grandes e integradas: se colocaron apenas 90 mil toneladas, menos de la tercera parte que en un solo mes de 2014, por caso, octubre.
A pesar de este magro resultado, influenciado por la caída del barril de crudo, el Gobierno Nacional, en nombre de la Unidad Ejecutiva de Monitoreo (UEM) que conduce Axel Kicillof, incrementó el costo impositivo en 230 por ciento, haciendo inviable operaciones que estaban en estudio a países que no tienen meta de corte obligatorio y que compran para reemplazar por combustible fósil.
Para las Pymes, abocadas al mercado interno, también hubo malas noticias: la UEM ubicó el valor de la tonelada en 6.322 pesos, un 8 por ciento menos que en marzo y aproximadamente 1.400 menos que en mismo mes del año anterior, cargando con una inflación del 30 por ciento.
Con relación a este precio interno obligatorio para las ventas de biodiesel a las compañías petroleras que efectúan el corte con gasoil mineral, el que es establecido por la UEM desde el momento de su creación en agosto de 2012,, el mismo no es representativo de la economía de las empresas, en un contexto de constante y creciente suba de costos.
Mientras las pequeñas, medianas empresas, y grandes no integradas, productoras de biodiesel o ya pararon sus actividades en algunos casos, o están al borde del paro –porque el precio que le fija la UEM no alcanza a cubrir los costos, las más grandes e integradas con fábricas de aceites –que prácticamente no reciben cupo para operar en el mercado interno – deben enfrentar precios más bajos que el resto, que desde siempre fueron insuficientes y que imposibilitan la fluidez en su oferta.
Al respecto, Claudio Molina, Director Ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, asegura que “de persistir todo esto, a corto plazo la industria argentina de biodiesel va camino a una crisis de proporciones nunca antes conocida, poniendo en riesgo la continuidad del Programa Nacional de Biocombustibles”.
El especialista anhela “que no sea ese el objetivo final que persiguen las decisiones de la UEM y que no sea una vez más la Presidenta de la Nación la que tenga que rectificar el rumbo, corrigiendo los errores que se están cometiendo, como lo hizo en varias oportunidades para sostener la política de estado que en materia de biocombustibles se creó en el Gobierno de Néstor Kirchner y se consolidó durante su propio Gobierno, con un respaldo mayoritario y contundente de la mayoría del arco político de nuestro país, integrantes del oficialismo y de la oposición”.
DEJANOS TU COMENTARIO!