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A pesar de no existir legislación que lo reglamente específicamente, algunas petroleras comenzaron a difundir los octanajes de sus naftas y la cantidad de azufre que contiene el gasoil
A partir de la decisión de YPF -cuando aun era gestionada por Repsol- de reducir el octanaje de la nafta súper de 96 a 93 RON, que es el mínimo que ordena la legislación vigente, surgieron un sinnúmero de reclamos y proyectos legislativos exigiendo a las estaciones de servicio que difundan en los surtidores la calidad numérica de los combustibles que expenden.
Uno de ellos fue impulsado por el diputado nacional Jorge Mario Alvarez (UCR-Santa Fe), que solicitó que la Secretaría de Energía de la Nación “informe al consumidor, de manera visible, el número o índice de octanos y el grado al cual pertenece cada nafta que se despacha en las estaciones de servicio de nuestro país”.
La iniciativa, a pesar de no obtener dictamen favorable, fue tomada por algunas petroleras que lo implementaron en sus surtidores. El puntapié inicial lo dio Shell, que comenzó a exhibir los octanajes de cada una de sus naftas y la cantidad de azufre que contiene el gasoil, aunque no se descarta que el resto la imite.
“La decisión responde más a una estrategia de marketing que lo que reglamenta la ley”, deslizaron desde la Secretaría de Energía. Es que la Resolución 1283/2006 exige claramente que “los surtidores de naftas de todas las bocas de expendio que operan en el país deberán tener en forma perfectamente visible una leyenda con la indicación del número o índice de octano, o la clase a la cual pertenece el producto que éstos despachan”, lo mismo que respecto al azufre en el caso del gasoil. .
“Es una o la otra” explicaron desde la dependencia. “Si se declara que la nafta es Grado 2 significa que su mínimo octanaje será de 93 y si es Grado 3 el piso será 97 RON”, señalan. Lo mismo en el gasoil, el Grado 2 deberá contener un máximo de 500 partes por millón en peso (mg/kg) en zonas de alta densidad y de 50 el tipo Grado 3.
De esta manera dejaron en claro que la petrolera estatal cumple lo establecido por la ordenanza. “La nafta súper, al contener 93 octanos, se encuadra perfectamente dentro de lo que se exige para un combustible de esas características”, afirmaron.
Si bien la decisión de las empresas de dar a conocer la graduación cuantitativa es una medida efectiva a los ojos de los consumidores, también puede ser contraproducente si una auditoría constata que el combustible no alcanza esos parámetros a pesar de estar incluido dentro de la tipología que lo caracteriza. En ese caso les podría caber una penalización de la Secretaría de Comercio Interior por ofrecer un producto diferente al que se publicita.
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