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Las últimas mediciones oficiales difundidas por la Secretaría de Energía muestran que, aunque el volumen total de venta al público mantiene una mejora interanual, el comportamiento mensual es heterogéneo y pega distinto según el tipo de establecimiento.
La radiografía más reciente —con datos que se conocieron a fines de octubre y resumen el desempeño hasta septiembre— muestra un mercado con lecturas contradictorias: en el noveno mes del año se vendieron 1.376.837 metros cúbicos de combustibles al público, una cifra que representa que la demanda se mantuvo prácticamente estable, con una leve suba del 0,17 por ciento, pero, al mismo tiempo, un crecimiento interanual del 4,8%. Esa dualidad explica por qué el sector mezcla cautela con esperanza.
Esa foto global oculta diferencias notables: las ventas de naftas siguen empujando el volumen total —con subas interanuales impulsadas por el segmento premium— mientras que ciertos tramos del gasoil, los vinculados al transporte de carga y a la obra pública, muestran fragilidad. El resultado es un mercado en el que las estaciones urbanas, las ruteras y las denominadas “blancas” enfrentan problemas y oportunidades distintas.

“Cada boca tiene su mapa: ruteras, urbanas y blancas viven realidades diferentes”, opinó Mauro Lapacó, titular de Agroenergía, en diálogo con Surtidores y afirmó que “los datos oficiales nos sirven para mapear esa heterogeneidad: no es lo mismo una estación con flujo de rutas que una de CABA, ni una que vive del comercio local que otra que acompaña la cosecha en el interior”.
El empresario remarcó que las decisiones comerciales y de stock deben adaptarse a ese contexto microeconómico. En su visión, los números muestran una recuperación frente al año pasado pero exigen estrategias puntuales por región y por mix de productos.
Además de las cifras de volumen, la Secretaría de Energía actualizó en octubre herramientas públicas —como el mapa interactivo de estaciones y los tableros estadísticos— que permiten ahora cruzar ventas, surtidores y precios por ubicación, facilitando a operadores y analistas seguir la evolución por “ecosistema” de cada boca de expendio. Esa mejora en la transparencia es, según varios actores del sector, un factor que habilita decisiones más optimistas y segmentadas.

Desde el punto de vista operativo y comercial, el panorama trae motivos para el optimismo: el crecimiento interanual del período sugiere recuperación de la demanda post-crisis en segmentos clave (naftas premium y parte del gasoil de alta calidad) y la posibilidad de que la cosecha gruesa impulse despacho a granel en determinadas zonas del interior. Lapacó subrayó que, si el agro confirma mayor demanda, muchas estaciones ruteras y vendedores mayoristas podrán ver un repunte sostenido.
La lectura final que ofrecen los operadores y consultores es pragmática: los datos oficiales confirman una mejora frente a 2024 y abren una ventana para la recuperación —especialmente en nichos premium y en zonas con mayor actividad productiva—, pero la consolidación del repunte dependerá de factores locales (flujo logístico, contratos mayoristas, ofertas y promociones) y de decisiones públicas sobre impuestos y combustibles.
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