Después de un extenso y penoso letargo, el mercado del Gas Natural Comprimido volvió a exhibir alentadores signos de recuperación. Muy tenues, es cierto, pero al menos es un resquicio que permite alentar leves expectativas sobre el futuro de la actividad.

La expectativa se funda en los datos correspondientes a las conversiones vehiculares de enero difundidos por el Enargas. Durante este período fueron 7.658 los autos que optaron por el  GNC, 760 por encima de Diciembre, mes que históricamente resulta uno de los más dinámicos del año.

Sin embargo la comparación interanual resulta aun muy negativa, ya que la cantidad de operaciones fue un 40 por ciento menor que en 2016 y un 70 si se lo compara con septiembre de 2014, el mes de mayor intensidad de los últimos 10 años.

Sin dudas el motor de este leve resurgimiento está relacionado con las variaciones del valor de la nafta, que aumentó 8 por ciento los primeros días de enero, tras un acuerdo entre el Gobierno y las empresas petroleras. Con la suba, el metro cúbico de GNC se ubicó en la mitad de precio que el litro de súper, a excepción de las provincias exentas donde la diferencia es casi imperceptible.

Las perspectivas favorables no obstante no alcanzan a las Estaciones e GNC, que según el vicepresidente de la entidad que los nuclea, Pedro González, atraviesan una meseta. “No vendemos más pero tampoco menos, la gente se acostumbró a cargar un producto que hace varios meses que se mantiene sin cambios”, afirmó.

El empresario no obstante lamenta que esta situación tenga un horizonte “corto” ya que en abril se anunciará un nuevo cuadro de tarifas, que seguramente elevará el costo del producto impactando en el surtidor. “Hoy a los precios actuales, muchas Estaciones trabajan a pérdida, habrá que ver que sucede cuando se anuncien las subas”, puntualizó.