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Los dueños de Estaciones de Servicio, coinciden en general con la necesidad de aumentar los precios al surtidor, pero en tiempos de pandemia, también plantean el temor a perder el escaso nivel de expendio que se vive por el aislamiento social.
“Sabemos que históricamente en la Argentina el valor final de la nafta siempre fue de un dólar por litro, hecho que en este contexto resulta imposible de llevar a cabo“, fue la paradoja que planteó a surtidores.com.ar, el presidente de la Cámara de Estaciones de Servicio de San Luis José Gianello.
Agregó que “estamos ante una cultura social en la cual, el mismo consumidor que no expresa su desacuerdo cuando compra en el supermercado un litro de leche que se lo aumentan a razón de 3 pesos por semana, en el momento que se actualiza el precio de la nafta, reacciona en contra y se agolpa en los establecimientos para llenar el tanque antes que suba“.
El directivo comentó que con la estructura de costos y la carga impositiva que soporta un estacionero con un precio congelado desde hace casi un año, “cualquier retoque puede ayudar a sostener la balanza negativa que nos toca enfrentar en la crisis sanitaria“, expresó.
Pero al mismo tiempo, se mostró preocupado porque “mucha gente perdió el empleo y otros tantos debieron restringir sus gastos, entonces un aumento puede llevarnos a una caída en las ventas que se extienda por un tiempo mayor de lo acostumbrado, cuando cambian los precios en la pizarra pero a los pocos días se retoma el consumo habitual“.
Por otra parte, informó que hoy en día, por causa de los protocolos y la nueva normalidad, los clientes utilizan en mucha mayor medida los medios de pago electrónicos y las tarjetas de crédito tardan 21 días corridos en acreditar la operación realizada.
“Si aumentan los combustibles, sumado a los 4 meses de inactividad y las deudas que se nos fueron generando, ya estamos sin espaldas para reponer el producto que fue vendido con tarjetas de crédito y que debe ser comprado a las petroleras por adelantado“, lamentó.
Por último y a pesar de la diferencia a favor de estatus sanitario que la provincia de San Luis vive respecto del AMBA o de territorios que están más complicados, sostuvo respecto a otras áreas del negocio como el caso de las tiendas de conveniencia, que “la debacle fue muy aguda”.
“Algunos establecimientos se readaptaron con comida delivery, pero no fue suficiente para recuperar el terreno perdido, porque está cerrado el turno noche, que en muchos casos es el horario donde más ventas se realizaban“, sentenció finalmente Gianello.
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