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La comparación interanual de la venta de combustibles en las bocas de expendio en valores absolutos durante la última década revela que la demanda actual de naftas en las estaciones de servicio duplica a la de hace diez años. Sin embargo durante los últimos meses la actividad pisó el freno. ¿Cuál será el escenario de los años venideros?
La venta de naftas al público en las estaciones de servicio se duplicó en los últimos diez años, mientras que el consumo de súper se triplicó, según detalla un informe de la Secretaria de Energía al que tuvo acceso surtidores.com.ar. De acuerdo al relevamiento, en los siete primeros meses de este año se despacharon más litros de nafta que en todo 2004.
En Julio, la demanda de súper alcanzó los 489 millones de litros, mientras que el mismo mes pero de una década atrás totalizaba los 169 millones. En conjunto, todas las variedades de nafta sumaron 635 millones de litros, 118 por ciento por encima del mismo período de 2004, una cifra que imita el desempeño de la industria automotriz local durante este lapso.
A contramano de esta expansión se ubica el gasoil, cuyo consumo interanual en el surtidor retrocedió de 910 millones de litros a los actuales 677. El derrumbe de este combustible se explica en dos factores: la apropiación por parte de las compañías de los consumidores de grandes volúmenes a través de las ventas directas y la migración del parque automotor hacia la nafta.
Un texto elaborado por la Fundación Mediterránea confirma esta tendencia mundial en el sector automotriz. El grupo líder latinoamericano (Argentina, Brasil y México) mostró un aceptable crecimiento promedio, de entre el 5 y el 7 por ciento anual en la década, pero que frente al desempeño del resto del mundo los ubica al fondo de la tabla de los países que mantuvieron alguna variación positiva.
Argentina, por su parte, ha logrado casi duplicar su participación mundial, de 0,5 por ciento en 1999 a 0,9 en 2013, con 791 mil unidades producidas. Claro que en 2014 la evolución es negativa, dado que al mes de julio la fabricación de automotores ha descendido 31 por ciento respecto a igual período del año anterior, acumulando así una caída de 23 en el año.
En lo que respecta a las bocas de servicio, difícilmente puedan salir fortalecidas de este contexto. La retracción de la industria ya comenzó a repercutir en los índices de consumo, que según empresarios de la actividad alcanza al 15 por ciento mensual. La suba de los precios de los combustibles también contribuye en este proceso recesivo: hoy el propietario de un auto seminuevo de gama media, que le dé un uso regular y guarde la unidad en un garage, deberá destinar, en promedio, más de $5.000 mensuales, por lo cual no habría que esperar grandes cambios en lo inmediato.
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