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El ex subsecretario de Hidrocarburos de la Nación, José Luis Sureda, opinó que la política del Gobierno en materia de precios terminará “fundiendo refinerías”. Advierte de las consecuencias sobre la cadena de valor.
El precio sostenido del barril no cede por la falta de consenso entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados sobre un plan para impulsar la producción de crudo.
Ayer cotizó sobre los 75 dólares, un valor que provoca incertidumbre sobre la decisión del Gobierno de mantener los surtidores sin cambios hasta después de las elecciones. “El costo de esta medida será horrible”, expresa sin eufemismos el ex subsecretario de Hidrocarburos de la Nación, José Luis Sureda en diálogo con surtidores.com.ar.
Vaticina que la política de congelar los precios “terminará fundiendo las refinerías”. Apunta a las empresas “más chicas”, que deben comprar el crudo a una cotización más alta que lo pactado para estabilizar las pizarras de las Estaciones de Servicio hasta fin de año.
Sureda observa que por esta razón, las petroleras buscan integrarse, completando todas las etapas, desde la producción hasta lograr el producto terminado. “Apuestan a esta opción para defenderse de las regulaciones del Estado”, señala en referencia a Shell (Raízen) y Puma. La primera, explica, “acelerando la perforación de pozos en Vaca Muerta” y la segunda, a través de acuerdos estratégicos como el logrado con Vista Oil.
No obstante advierte que no todas tienen esas posibilidades. “Esta situación podría afectar a su cadena de valor”, analiza, incluyendo en ese contexto al abastecimiento de la red de Estaciones de Servicio que operan.
En ese sentido, el ex funcionario propone aliviar el congelamiento paulatinamente. “Es el mismo problema que afecta a la economía en general”, compara, “es mejor ir liberando los precios ahora y de a poco antes de que todo explote”, alerta finalmente.
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