Desde hace semanas el mundo petrolero se encuentra discutiendo la letra chica de un proyecto de ley que se propone regular la actividad de exploración y explotación de los hidrocarburos. Por lo visto, los beneficios impositivos y financieros que propone el borrador del Gobierno a las compañías no están sujetos a críticas hasta el momento, pero algunas provincias sostienen que atentan contras las arcas provinciales.

Tal es así que luego de varias semanas de reuniones sectoriales no hubo acuerdo respecto de la participación de las empresas estatales provinciales.  El Ejecutivo e YPF buscan frenar el avance de estas operadoras eliminando el sistema de acarreo, esquema que habilita la asociación con compañías privadas sin aportar capital, a cambio de otorgar concesiones petroleras.

La propuesta del oficialismo también fija  las regalías que perciben los gobernadores en el 12 por ciento e impide establecer la alícuota del impuesto a los ingresos brutos por encima del 3 por ciento. Son techos a la renta provincial  con el objetivo de permitir la producción en los yacimientos no convencionales, mucho más caros de explotar.

En el fondo de este debate está en juego la viabilidad de la explotación del área  Vaca Muerta, el gran reservorio de hidrocarburos no convencionales que promete a la Argentina recuperar el autoabastecimiento energético en las próximas décadas, luego de culminar con las intensas tareas de perforación.

Eduardo Barreiro, licenciado en Química, consultor en temas de Energía y director de la Society of Petroleum Engineers, regional Argentina, explica que salvo YPF, que está encarando proyectos de envergadura, mostrando resultados exitosos, “el resto de las empresas está  explorando y estudiando, y esperando que salga la ley para empezar a invertir en gran escala.” De ahí la importancia por apurar la ley definitiva  que en última instancia se evaluará  en el congreso nacional.

Para las bocas de expendio no es un tema menor, ya que están interesadas en que las refinerías reciban los crudos livianos que existen en la cuenca neuquina para incrementar la producción de combustibles. De poco sirven las ampliaciones de infraestructura sin el insumo nacional  indispensable para obtener productos.

Otro freno que sufre el sector, indica Barreiro, pasa por el conflicto todavía irresuelto con los fondos buitres que no ingresaron en el canje de la deuda y que atacan de varias formas la posibilidad de inversiones que afectan directamente los negocios en Upstream. Cuanto antes se resuelva este conflicto mejor porque es el último escollo que queda en las relaciones internacionales de nuestro país.