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Con el dólar barato que impulsa los viajes al exterior, los estacioneros temen una baja en las ventas de combustibles durante el verano. En Mar del Plata aseguran que el partido ya perdió la mitad de la venta de gasoil, afectado por la brecha de precios con Buenos Aires y la vigencia de la tasa vial municipal.
El movimiento turístico hacia el exterior, impulsado por la estabilidad del dólar oficial y las promociones internacionales, comienza a preocupar a los operadores de Mar del Plata y playas aledañas. Los primeros indicadores de reservas anticipadas para la próxima temporada de verano no son tan alentadores como los del año pasado, y en ese contexto las Estaciones de Servicio de la región empiezan a planificar medidas para enfrentar una posible caída de la demanda.
El fenómeno del “dólar barato” ya se hace sentir: muchas familias que antes optaban por destinos locales ahora eligen viajar al exterior, y eso repercute directamente en la circulación vehicular dentro del país. Las Estaciones de Servicio de los principales balnearios, desde Mar del Plata hasta Pinamar y Villa Gesell, advierten que si el flujo turístico se reduce, el impacto sobre las ventas de combustibles será inevitable.

En diálogo con surtidores.com.ar, dirigentes del sector estacionero de Mar del Plata coincidieron en que, aunque no existe la posibilidad de diseñar un programa específico que amortigüe el golpe económico en caso de una temporada floja, cada operador se está preparando para reducir sus gastos operativos. “Estamos ajustando todo lo posible: desde la optimización del personal hasta el control del consumo energético”, señaló uno de los empresarios consultados.
Sin embargo, los estacioneros advierten que el problema más grave que enfrentan no pasa tanto por la eventual caída del turismo, sino por la creciente brecha de precios respecto de las estaciones del Área Metropolitana de Buenos Aires. Esa diferencia, que puede superar los $120 por litro en algunos combustibles, desalienta incluso a los transportistas locales.
Según explicaron los referentes del sector, la distorsión se origina principalmente en la persistente aplicación de la tasa vial que mantiene el municipio de General Pueyrredón, que agrega alrededor de $30 por litro al precio final. A ello se suman entre $10 y $15 más por mayores costos logísticos y de flete, y una diferencia adicional —de unos $80— que atribuyen a un mayor margen aplicado por las petroleras.
“Hoy tenemos un valor en surtidor que ya nos deja fuera de competencia frente a Buenos Aires. Los turistas lo notan y muchos transportistas directamente dejaron de cargar en Mar del Plata para hacerlo en el conurbano o en las rutas de acceso”, advirtieron los empresarios consultados.

El caso más evidente es el del gasoil: varias empresas de transporte de cargas y de pasajeros optan por abastecerse fuera del distrito para reducir costos, una tendencia que se profundizó en los últimos meses.
Ante este escenario, los estacioneros de la Costa Atlántica aseguraron que la temporada de verano dependerá en gran medida del poder adquisitivo de la clase media y de las decisiones que tomen las petroleras y el municipio sobre la política de precios locales. “Si el turismo no repunta y la brecha de precios se mantiene, el panorama será complejo. Pero en este sector estamos acostumbrados a adaptarnos y a seguir adelante, incluso en los veranos más difíciles”, concluyó uno de los entrevistados.
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