Reconversión de consumo
El diésel premium ganó terreno en el negocio expendedor a lo largo de la última década. Desde el sector explicaron principalmente se debe a las mayores exigencias tecnológicas de los vehículos.
2022 se consolidó como el año de mayor venta de combustibles en las Estaciones de Servicio del país desde 2010 en adelante, de los cuales el 53,3 por ciento correspondió a las naftas y el 46,7 por ciento a gasoil.
El crecimiento y reconversión de la demanda del público hacia el diésel de grado 3 (premium) es una de las tendencias más notorias de la última década en Argentina. En el 2012, el expendio del gasoil premium e fue de 1.193.817,95 m3. Mientras que durante el 2022, alcanzó los 3.008.738,81, de acuerdo a los datos de la Secretaría de Energía de la Nación
Es decir que la relación del mercado gasolero se elevó en más de 20 puntos porcentuales a favor del de máxima calidad: pasó de ocupar el 13,93 por ciento en 2012 a exactamente el 35,46 por ciento de las ventas totales del diésel en las Estaciones de Servicio.
¿A qué se debe el incremento? El exdirector de Inspecciones y Seguridad de la Secretaría de Energía de la Nación, Mariano Santillán, conversó con surtidores.com.ar y explicó que ese fenómeno se vincula con el propio avance tecnológico y la migración del uso vehicular hacia productos de mejores prestaciones.
“Las industrias mecánicas o automotrices plantean que cada vez se demanda más combustibles de mejor formulación. Hoy es un poco impensado que alguien cargue nafta o gasoil común en un automóvil modelo 2015, 2020 o del 2023, ya sea por el poder de combustión del premium y la aditivación para comprobar la durabilidad de los motores”, sostuvo
“Asimismo, más allá de ello, el gasoil de grado 2 se direccionó en un uso determinado vinculado con la generación de energía eléctrica o el abastecimiento agropecuario. Migró a segmentos que no son de uso masivo, mientras que los combustibles de grado 3 sí lo hicieron para todo el uso automotriz”, agregó.
Por ende, bajo la mirada del especialista, hasta que no exista un mejor producto que reemplace esta eficiencia y con una emisión menor de gases de efecto invernadero, la tendencia de consumo de gasoil y nafta premium continuará a la alza, dado que habrá más unidades nuevas y menos vehículos que puedan soportar combustibles comunes.
“Se viene el crecimiento de los productos de mayor calidad y se advierte una transición energética hacia aquellos más amigables con el medio ambiente”, comentó Santillán, haciendo alusión tanto a la disminución del azufre dentro de las naftas y el gasoil, como también del rol de la movilidad sustentable mediante energía eléctrica proveniente de fuentes renovables y el hidrógeno verde.
DIFERENCIA DE PRECIO
Hoy en día, el litro de diésel grado 2 cuesta $168.40 promedio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en tanto que su versión premium ronda los $236 en esa misma zona, es decir, $67,6 más.
Sin embargo, tal disparidad no influenciaría mucho a la hora de hacer la carga en las Estaciones de Servicio, debido a los requisitos tecnológicos y el miedo a las fallas y, por ende, a un gasto mayor de dinero en el futuro.
“El usuario que tiene un auto moderno al que le dicen que debe usar combustible Premium; no se arriesga, ya sea porque pueda andar mal el vehículo, salten errores en la computadora o se tapen los inyectores, por ejemplo. Por ello, no piensa en el ahorro al momento de hacer la carga si luego está el riesgo de ir al taller mecánico y tener un costo adicional para realizar la reparación”, opinó el exfuncionario.
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