Consecuencias de la crisis sanitaria
En un contexto de escasa intervención del Estado, hubo diferentes conflictos entre las comercializadoras y los estacioneros, que en ciertos casos se solucionaron y en otras ocasiones se tradujeron en acciones directas en la justicia.
Así como las brechas de los precios del GNC entre las provincias y aún más, dentro de una misma región, a los que la dirigencia del sector bautizara como “canibalización” del mercado, se dio durante la imprevisibilidad de la crisis sanitaria, una situación similar se originó respecto de las deudas acumuladas por los operadores de gas automotor en sus obligaciones con las compañías proveedoras.
En reuniones con el ENARGAS, los expendedores plantearon en numerosas ocasiones que ciertos cargos fijos como por ejemplo, la denominada reserva de capacidad, les resultaba imposible de pagar porque las ventas en los primeros tiempos ni siquiera alcanzaban a cubrir los costos del negocio.
Con el paso del tiempo, las reglas de aislamiento social se fueron relajando y la actividad comenzó a levantarse, hasta niveles cercanos al 70 por ciento del volumen de expendio normal dependiendo de la provincia.
Mientras en el AMBA, las distribuidoras ofrecieron algunas condonaciones y planes de pago diferidos a los estacioneros de GNC que estaban complicados en marzo, abril y mayo, estas negociaciones de carácter prácticamente individual con cada cliente, se fueron endureciendo.
En el interior, en cambio, algunas compañías no resultaron ser del todo flexibles y mantuvieron la exigencia de pago hacia sus clientes, aunque con planes de cuotas con interés si era necesario.
Lo cierto es que desde la autoridad estatal, no hubo una “bajada de línea clara” para unificar las acciones de todos los actores del GNC en un mismo sentido y estas consecuencias hicieron mella también entre los dueños de Estaciones de Servicio que acomodaron sus reclamos y pedidos a las comercializadoras dependiendo su contexto personal.
Consultado sobre la coyuntura, el vicepresidente de la Cámara del GNC Pedro González, opinó que “por encima de lo que algún decreto pueda decir, es necesario que nosotros como empresarios pymes de una misma actividad tengamos un sentido de acción colectiva en todos los momentos, haya o no pandemia”.
A entender del dirigente, “en muchos casos hubo abusos de la falta de claridad de reglas de juego en cuanto a cortar o no el servicio de quien no pagara, postergando las deudas para más adelante sin una perspectiva de sostenibilidad”.
“Para algunos, el Covid vino a cortar la rueda financiera que ellos mismos habían generado priorizando otros gastos para pagar fuera de término un elemento básico como el propio producto”, sostuvo González.
“Es lo mismo que pasa con la puja de precios, donde en algunas estaciones todavía están ofreciendo el metro cúbico a 18 pesos mientras que en el interior llega a 32 pesos”, enfatizó, al tiempo que cuestionó que “no existe en algunos colegas una postura de inversión que haga su negocio sostenible a través del tiempo y de las crisis que puedan llegar a enfrentar”.
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