Tendencias de mercado
A diferencia de la mayoría de los países donde el consumo de esta categoría de combustibles es reducido, en Argentina la demanda de naftas y gasoil de máxima calidad crece a un ritmo vertiginoso
La disparidad de precios no parece ser un escollo para los consumidores de combustibles de máxima calidad, quienes no dudan en pagar hasta 3 pesos más por litro para llenar el tanque de sus vehículos con la variedad Premium.
Así lo demuestran las recientes estadísticas de consumo difundidas por el Ministerio de Energía que revelan que de cada 3 litros de nafta o gasoil que se cargan en las Estaciones de Servicio de nuestro país, uno es de estas características.
Según detalla el informe oficial, la venta al público de gasoil Grado 2 durante el mes de agosto alcanzó los 446.742 metros cúbicos, en tanto que la de Grado 3 totalizó 216.665. Por el lado de la nafta súper, el volumen comercializado fue de 500.933 m3 mientras que la Premium llegó a 239.389.
La diferencia con lo ocurrido a comienzo de la década es notoria. En 2010, de cada 8 litros de diesel que se despachaban en las bocas de expendio, tan solo 1 correspondía a esta tipología y en la nafta 1 de cada 5.
También es llamativo el contraste con lo que sucede en otros países. En España, por ejemplo, el consumo de gasóleo A (Grado 3) ascendió en 2016 a 22,464 millones de toneladas, la cifra más alta desde 2010; la de 95 octanos (súper) se situó en 4,376 millones de toneladas y la gasolina de 98 octanos sumó 0,375 millones, el mejor dato desde 2011. La razón de esta preferencia se funda, en la península ibérica, exclusivamente en el importe del combustible: mientras el litro de 95 cuesta 25 pesos argentinos, la Premium roza los 28.
Por su parte, Estados Unidos tiene un modelo de distribución basado en tres tipos de nafta que se denominan “regular”, “mid-grade” y “Premium”. La primera es la más frecuente, la más fácil de encontrar y la más barata y tiene un octanaje de 87 según el índice PON, un método que no es más que la media entre los índices de análisis MON y RON. La “mid-grade” con un índice de octano PON 89 sería el equivalente a nuestra nafta de 95 octanos y la “premium” PON 91 es similar a la de 98 octanos.
En la poderosa nación del norte, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) está evaluando mejorar el octanaje con el objetivo de aprovechar la eficiencia de los motores y mejorar así los consumos y por ende las emisiones de partículas nocivas desterrando la gasolina “regular” de los surtidores.
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