Activar/Desactivar Leer Página
La corrida del dólar y su impacto en los precios provocan que una Estación de Servicio deba despachar cada vez más litros para subsistir. Sin embargo no todas alcanzan ese volumen mínimo indispensable. ¿Cómo hacen esos expendedores para seguir adelante?
Los vertiginosos cambios económicos modifican el cuadro de rentabilidad de las Estaciones de Servicio con la misma velocidad. A diferencia de los precios de los combustibles, los costos suben al ritmo del dólar provocando que los litros que hasta hace un par de meses eran necesarios vender para lograr la ponderación de las cuentas, hoy quedarán en el olvido.
Así lo confirma un estudio realizado por la Confederación del Comercio de los Hidrocarburos de la República Argentina, que señala que actualmente una Boca de Expendio ubicada en la Ciudad de Buenos Aires debe despachar como mínimo 370.000 litros mensuales para subsistir.
El análisis se basa en un establecimiento con 10 empleados y un mix de consumo que se compone de 53,5 por ciento de naftas y 46.5 de gasoil. A su vez la proporción en cada producto oscila hoy, aproximadamente en 55 por ciento para súper y 45 para Premium, lo mismo que en el diesel. El relevamiento no tuvo en cuenta los rubros anexos como el shop o mini mercado.
Del lado de los egresos, se tomaron en cuenta las remuneraciones al personal y cargas sociales, que representan el 53 por ciento; los gastos por seguros, honorarios, mantenimiento general, servicios (agua, energía teléfono), impuestos municipales, publicidad, etc, que totalizan un 15; las amortizaciones del inmueble y de los bienes muebles, 14 por ciento y la previsión ambiental, 3 por ciento.
“Con una venta de 370.000 litros hallamos el punto de equilibrio operativo”, sostiene el informe elaborado por la entidad empresaria. “Sin embargo, considerando que si el valor promedio inmobiliario lo invirtiéramos a un simple Plazo Fijo según las tasas vigentes del Banco Nación, el propietario de la Estación de Servicio debería vender casi el doble del citado volumen para alcanzar una equidad que sume la operatividad mas el retorno de la inversión”, advierte. “Esto muestra a las claras que los aumentos de precios pueden mejorar en algo la rentabilidad operativa, pero lejos está de mejorar la rentabilidad total”, remarca el documento.
Como se anteriormente, la investigación no consideró la venta de mercaderías a través de la tienda ni los servicios adicionales. “Puede significar una disminución en ambos puntos de equilibrio, pero aún así queda muy distante de lograr un resultado satisfactorio que justifique mantener una estación en funcionamiento”, afirma.
¿Por qué entonces subsisten?, consultó Surtidores a los responsables de elaborar el crítico diagnóstico. “Porque desmantelar un establecimiento, con 10 a 12 familias a cargo no es sencillo. Hoy los propietarios nivelan hacia abajo su propia economía”, subrayaron finalmente.
Ya no sabemos como resistir, las ventas siguen cayendo al igual que los productos premium nosotros véndemos un promedio de 380.000 litros y tenemos 13 empleados y las cuentas no nos dan, estamos haciendo lo imposible para no despedir gente pero estamos en una encrucijada, todo nos aumenta de forma desproporcionada y nuestros ingresos no están atados a los aumentos de los combustibles.
DEJANOS TU COMENTARIO!