La capacidad de la industria argentina de bioetanol es de casi 1.000.0000 de metros cúbicos, gracias a que se construyeron importantes plantas en Córdoba y San Luis para procesar el combustible a partir de maíz, cereal que presenta mayor disponibilidad que la caña de azúcar.

Con estos niveles de producción, Claudio Molina, Director Ejecutivo y Socio Fundador de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno estima que la proporción del biocombustible en un litro de nafta súper o Premium, las dos variedades en oferta en el mercado, podría ser del 12 por ciento.

Sin embargo, el Gobierno ubica el techo en el 10 por ciento y permite que YPF, compañía que maneja tres refinerías de gran porte y domina el 60 por ciento de la venta de combustibles fósiles, utilice en promedio un 7 por ciento, según indican las estadísticas de la Secretaría de Energía.

Si bien Molina explica que “el mercado internacional es muy complejo y los productores de bioetanol de maíz no tienen interés por ahora en exportar”, no se descarta que en un futuro alguna firma pueda pensar en colocar excedentes en los países vecinos que tienen meta de corte, incluso a los Estados Unidos, que no frena las importaciones con barreras arancelarias.Este panorama de crecimiento surge como consecuencia de las inversiones que gozó el sector en los últimos años, de gran magnitud.

En Mercedes, a 100 km de la capital de San Luis, Diaser construyó una planta que está preparada para obtener 250 metros cúbicos diarios de etanol; en Villa María, Córdoba, las instalaciones de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) pueden destilar 125 mil metros cúbicos por año.

En Río Cuarto, Córdoba, Bio4 maneja un cupo para el mercado interno de 50.000.000 de litros por año, cuando en realidad podría aportar 82.000.000, lo que arroja un excedente de aproximadamente 32.000.000 de litros. En conclusión, está funcionando al 65 por ciento de su potencia instalada.

Otro gran emprendimiento fue protagonizado por la firma ProMaíz, sociedad entre Aceitera General Deheza (AGD) y Bunge, en condiciones de producir 145.000 metros cúbicos de etanol al año.

Por el lado de los costos también las perspectivas son positivas. De acuerdo a proyecciones privadas la cosecha de caña de azúcar este año rondará las 2,2 millones de toneladas, valores superiores a los de los últimos dos años, cuando el cultivo se vio muy afectado por la lluvia y las heladas caídas en las provincias productoras del Noroeste argentino, que conforman el 90 por ciento de la producción nacional.