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La protesta de la Federación Económica de Santa Cruz, en la que participan los estacioneros patagónicos, hizo que el Intendente de Río Gallegos decidiera no implementar la aprobación de la Tasa Vial.
Como adelantara días atrás surtidores.com.ar, los dueños de Estaciones de Servicio de esa provincia habían expresado su preocupación ante la amenaza de un efecto dominó que llevaría a que los municipios de la región patagónica aplicaran de forma masiva la tasa vial que incrementaba el precio de los combustibles al consumidor.
En ese marco, el Intendente de la Ciudad de Río Gallegos, Pablo Grasso, había dado rienda suelta a la Resolución 093/19 aprobada por el Concejo Deliberante local, que agregaba un costo extra en el litro de nafta y gasoil a pico de surtidor del 2 por ciento, pero finalmente debió dar marcha atrás, sentando un precedente para los demás intendentes de la zona que pensaban seguir su iniciativa.
Así las cosas, la Federación Económica de la provincia, presidida por Guillermo Polke y que agrupa también a los dueños de operadoras de combustibles santacruceñas, advirtió por nota expresa al jefe comunal que “la tasa se cobra como contraprestación directa y bien determinada e individualizada de un servicio o prestación que recibe el ciudadano por parte del ente público, por lo cual y como lo expresa el proyecto de ordenanza no sería una tasa sino más bien un impuesto”.
Agregó la misiva firmada por Polke que no hay una concreta, efectiva e individual prestación de servicio y por ende al ser un impuesto se encuentra comprendido por la prohibición de doble imposición prevista por el Art. 9°, inc. b) de la Ley N° 23.548 de Coparticipación Federal, habida cuenta la sustancial coincidencia con el Impuesto a la Transferencia de Combustibles Líquidos creada por la Ley N° 23.996, el IVA, y el Impuesto a los Ingresos Brutos. “A modo de ejemplo, si un turista carga combustible en una Estación de Servicio ubicada sobre la ruta 3 que pasa por Río Gallegos y continúa su camino, sin ingresar a la localidad, ni siquiera estaría usando la red vial que se intenta reparar a través del cobro de la tasa municipal”, sostiene.
“Transfiere responsabilidades que no tendría que soportar el estacionero puesto que lo coloca como agente de percepción, retención y pago del tributo, aplicándole fuertes sanciones en caso de incumplimiento; encarece el negocio, tornando a su vez más engorroso el proceso de facturación, administración y presentación de Declaraciones Juradas, y no menos importante, es que genera una distorsión de precios injustificado que siempre perjudica al expendedor, así por ejemplo, los clientes optarán por cargar combustibles en municipios vecinos que no cobran este tributo”, advirtieron a su turno los comerciantes locales.
Explicaron que de esta forma, las grandes empresas, de transporte, viales, de construcción o servicios, podrían traer combustible a granel desde otras localidades en vez de comprar en las Estaciones de Servicio de Rio Gallegos , generando una caída de la actividad económica en la ciudad y menos recaudación para el municipio .
“En un futuro sería muy difícil seguir defendiendo o solicitando a la Nación que mantenga el subsidio a los combustibles para los santacruceños, si por otro lado los municipios incorporan un impuesto como es la tasa vial en la región”, dijeron.
Pero no solamente el repudio fue de los empresarios, porque la CGT regional Santa Cruz, elevó una queja social. “Rechazamos el impuesto a las naftas, por ser una doble imposición prohibida por ley”, al tiempo que advirtieron que “volver para ser mejores, no se trata de establecer impuestos que encarezcan la vida de los ciudadanos de Río Gallegos”.
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