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La evolución de los precios en el mercado muestra que hasta 2009 crecían a un ritmo inferior al 20 por ciento. Recién cuando el Estado pasó a controlar YPF se dispararon los precios en niveles superiores a la inflación, lo que motivó inversiones por parte de las refinerías, aunque a costa de los esfuerzos de los consumidores
Hasta abril el litro de nafta súper costaba en las estaciones de servicio de la empresa subsidiaria de YPF, 10,61 pesos en Capital Federal, el distrito más barato del país. En comparación con diciembre de 2007, cuando se ofrecía a 2,25, la diferencia marca un ajuste del 470 por ciento, casi cinco veces más en apenas 6 años y medio.
El crecimiento de la variedad de nafta más económica se dio sin grandes sobresaltos hasta 2012: en 2008 subió un 17 por ciento, al igual que en 2009, en 2010 un 26 por ciento, pero en 2011 bajó nuevamente al 22 por ciento.
En 2012, en cambio, se produjo el punto de inflexión: se cruzó la barrera de los tres dígitos, con subas del 30 por ciento de acuerdo a datos aportados por la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA).
Por varias razones no fue un año más para el sector de los combustibles: el Gobierno anunciaba que expropiaba las acciones de Repsol en YPF y que encarnaba en persona la explotación de recursos no convencionales de Vaca Muerta, prometiendo recuperar el autoabastecimiento energético perdido por la misma gestión en 2008.
Fue a partir de allí cuando giró la política sobre la actividad: remarcar los surtidores para aumentar la rentabilidad de las petroleras y allanar el camino a nuevas inversiones, tan necesarias en todos los segmentos, tanto exploración de crudo y gas como en las destilerías.
A priori, los resultados fueron los esperados por el Gobierno. YPF, la empresa de mayor facturación en Argentina, pudo avanzar en los proyectos productivos de los yacimientos y ampliar las instalaciones en sus plantas de La Plata, Mendoza y Neuquén. Claro que en realidad fueron los consumidores los que afrontaron el costo de los desmanejos anteriores.
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