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La expansión del negocio con tiendas de conveniencia y gas vehicular ha generado una transformación en los vínculos comerciales entre las partes.
La incorporación de nuevos nichos de negocios modificó la estructura inicial de los acuerdos entre las compañías petroleras y las Estaciones de Servicio, que en un principio se enfocaban exclusivamente en el suministro de combustibles.
Luis Navas, consultor energético, señala que los primeros convenios que se firmaron entre las compañías petroleras y los propietarios de las Estaciones de Servicio fueron los llamados acuerdos de suministro, conocidos en la jerga como “de reventa”. Estos establecían los derechos y obligaciones de ambas partes, con un fuerte énfasis en la provisión de naftas y gasoil y la exclusividad de marca.

A estos se sumaron los de consignación, que no se extendieron más allá de YPF S.A., dando origen a la expresión “la estación es consignada“.
El actual Código Civil y Comercial de la Nación reconoce los acuerdos de suministro y de concesión como contratos tipificados. “Podemos decir que el vínculo vigente entre las petroleras y las estaciones abanderadas es mixto, ya que combina el suministro propiamente dicho con la concesión. De este último se desprende que la compañía permite el uso de su marca, imagen y otros elementos distintivos necesarios para la explotación comercial“, explica Navas.
A medida que la industria evolucionó, se incorporaron otras formas de vinculación, como ser el de comodato, que detalla los elementos e instalaciones que las petroleras entregan a la estación abanderada.
Más adelante se sumaron los acuerdos de franquicia, que establecen las instalaciones requeridas en los “shops” y los productos autorizados para su venta. “Algunos son estrictos, mientras que otros permiten mayor flexibilidad en infraestructura y mercaderías”, explica Navas.

Asimismo, y desde la implementación del Unbundling en 2006, se ha avanzado en la provisión de gas natural en boca de pozo (PIST). En la actualidad, muchas estaciones de GNC adquieren el insumo directamente de las petroleras, lo mismo que los acuerdos de transporte y distribución exclusivos para estaciones de carga de GNC y supervisados por el ENARGAS, que regulan las condiciones de contratación de estos servicios públicos.
“Las relaciones entre las compañías petroleras y su red de estaciones abanderadas han crecido de manera constante. La incorporación de nuevas unidades de negocio ha generado acuerdos que eran impensados hace décadas, reflejando la dinámica y expansión del sector”, concluyó el especialista.
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