Opinión: “Importación de combustibles exentos, una oportunidad para ganar dinero”

Según establece la ley de presupuesto que aprobó el congreso para este año, dados los faltantes de abastecimiento en el mercado local, se pueden traer naftas y gasoil de otros países sin pagar impuestos internos. Es una medida propuesta por el Poder Ejecutivo que apunta a hacer rentables las operaciones con el exterior a los efectos de satisfacer el suministro local.

Bajo este esquema, explica Gerardo Rabinovich, Vicepresidente 2º del Instituto Argentino de Energía “General Mosconi”, como consecuencia de la caída del costo del petróleo en el mundo –cerró el viernes a 92 dólares – “para una compañía que ya está trabajando en el país hoy es negocio vender combustibles importados”. De hecho, las grandes firmas están concretando operaciones.

Rabinovich explica que este nicho no puede ser aprovechado de la misma manera por una compañía que no dispone de instalaciones e infraestructura en el territorio. “No lo veo atractivo para una empresa nueva, que quiera desembarcar en el país y competir con estaciones de servicio que ya están funcionando”, señaló.

Indirectamente, el especialista hace referencia a una noticia que difundió este medio la semana pasada que informaba sobre negociaciones de un consorcio extranjero con la Asociación de Estaciones de Servicio Independientes (AESI) interesado en traer productos para distribuirlos a través de las bocas blancas que están instaladas en el país, que suman casi 700.

Hasta el momento se desconoce el nombre de la insignia que está avanzando en el proyecto. Sin embargo, por su experiencia, Rabinovich supone que puede ser una firma que conoce el paisaje nacional, ya que en principio debe conseguir la autorización por parte de la Secretaría de Energía para comprar stock en el extranjero.

Desde hace décadas, el mercado de los combustibles está concentrado en cinco grandes compañías: YPF, que maneja el 60 por ciento del share, seguida por Shell, AXION energy, Petrobras y Oil Combustibles, que se distribuyen el resto de la torta. Esta proporción se mantiene a lo largo del tiempo, aunque con cambios de nombres.