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Según el economista, los valores en surtidor aún no reflejan la evolución del crudo en los mercados globales y mantienen un rezago en dólares que dependerá del tipo de cambio y las decisiones fiscales del Gobierno.
A pesar de los incrementos que las Estaciones de Servicio aplicaron en los últimos meses, el precio de los combustibles en Argentina continúa por debajo del valor internacional del petróleo medido en dólares. Así lo afirmó Fernando Marengo, economista jefe del estudio Arriazu Macroanalistas y mano derecha de Ricardo Arriazu en el IAE, quien explicó que la brecha refleja el rezago acumulado de los precios relativos en el país y la influencia del tipo de cambio sobre la estructura de costos.
En diálogo con surtidores.com.ar, Marengo señaló que “el valor doméstico de los combustibles todavía se encuentra rezagado frente a la evolución del crudo en los mercados internacionales”. El especialista recordó que el petróleo tuvo una marcada volatilidad en lo que va del año: “Se observó una caída de casi el 18 por ciento en los primeros meses de 2025 y luego una recuperación cercana al 10 por ciento. Con esa dinámica, el valor actual sigue estando por debajo del nivel de comienzos del año, aunque los precios internos no acompañaron esa tendencia con la misma magnitud”, explicó.

Según el economista, esta brecha responde a una combinación de factores locales y externos. “Todo lo que son tarifas y servicios públicos, incluyendo los combustibles, siguen atrasados en dólares porque todavía hay márgenes para corregir”, sostuvo. En su análisis, precisó que “los precios internos cayeron alrededor de un 8 por ciento en dólares, mientras que el petróleo se mantiene un 12 por ciento abajo respecto de su nivel inicial. Esa diferencia muestra que el ajuste de los precios locales todavía no está completo y dependerá, en buena medida, del comportamiento del tipo de cambio en los próximos meses”.
Marengo remarcó que “mientras el crudo se mantenga estable, las variaciones en pesos dependerán de lo que ocurra con el dólar de acá a las elecciones y de si, después, el Gobierno aplica algún cambio en el esquema cambiario”.
Su diagnóstico coincide con el de otros especialistas que vienen destacando en este medio que, más allá de las fluctuaciones del petróleo, el principal determinante del valor del litro en surtidor será la evolución de la moneda estadounidense. En un contexto donde la inflación se desacelera pero las paridades continúan sujetas a revisión, la política cambiaria se convierte en un factor clave para definir el sendero de los energéticos.
Los analistas también advierten que el valor del petróleo representa solo una parte de la estructura del precio final del combustible. Impuestos nacionales y provinciales, costos logísticos, márgenes de refinación y biocombustibles intervienen en la formación del precio, limitando el traspaso directo de las variaciones internacionales. Por ese motivo, una caída del crudo no necesariamente se traduce en una baja inmediata o proporcional en las Estaciones de Servicio.

En ese marco, los ajustes que aplican las petroleras suelen reflejar no solo los movimientos del mercado global, sino también la evolución de los costos internos y de las políticas fiscales. “La recomposición pendiente en los valores domésticos dependerá de cómo se equilibren esos factores —precisó Marengo—. Si el tipo de cambio se mantiene estable y el Gobierno evita nuevas distorsiones en los impuestos o en el mercado de biocombustibles, el atraso podría reducirse gradualmente”.
El economista subrayó además que, históricamente, Argentina mantuvo un esquema de precios internos “semiadministrados”, donde la actualización responde a decisiones de política económica más que a la dinámica del mercado. En ese sentido, los combustibles actúan como una variable de ajuste entre la estabilidad de corto plazo y la corrección de mediano plazo.
“Los precios domésticos todavía tienen un camino de recomposición por recorrer. El proceso estará condicionado por la evolución del dólar y por las decisiones que adopte el Gobierno en materia cambiaria y fiscal. Hasta que no se logre una convergencia más clara con los valores internacionales, el mercado seguirá operando con cierto desfasaje”, concluyó Marengo.
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