Continuando con la serie de entrevistas a los Precandidatos en las internas de junio, Surtidores conversó con el diputado Gustavo Zubia aspirante dentro del Partido Colorado

¿Ve como positiva la desmonopolización de los combustibles?

Este es un tema que ha marcado la agenda política en Uruguay, fundamentalmente porque un cambio de “status” en este sentido, implicaría que ANCAP cediera el monopolio de los combustibles en Uruguay, que tiene desde su creación por Ley 8.764 del 15 de octubre de  1931.

Más allá que naturalmente el mundo ha cambiado con tendencias hacia la liberalización de este vector, la regulación por parte del Estado uruguayo, ha sido un elemento de estabilidad y seguridad en materia de fijación de precios, algo que es reconocido para Uruguay en varios países, que si poseen el combustible liberalizado.

En estos casos el gobierno debe escuchar a quienes están en la primera línea de fuego, los estacioneros. Son ellos los que deben dar la cara ante el consumidor final y mantener un negocio cuya ecuación a veces les es desfavorable, o al menos con márgenes muy por debajo de las expectativas de empresarios serios –como los estacioneros-  que arriesgan un gran capital.

En mi opinión, liberar la importación de combustible, generaría una desestabilización en este mercado, mucho más grave que las eventuales ventajas de la liberalización.

¿Qué opinión le merece el sistema mensual de fijación de precios de los combustibles en base al PPI de URSEA?

Un sistema que llegó para quedarse.

Hasta el 2020 –cuando se comienza a aplicar- la fijación del precio de los combustibles se hacía entre cuatro paredes, a pura intuición y talento de unas pocas personas, sin tener en cuenta una gran cantidad de factores exógenos a lo nacional.

El PPI o Precio Paridad de Importación, ha logrado dotar al negocio de una perfecta ecuación para calcular el PVP (Previo Venta al Público) basado en una serie de ítems medibles y objetivos.

¿Cómo bajaría el precio de los combustibles? ¿Habría que bajar los impuestos?

Este es un punto en el que he expresado mis diferencias con respecto a la altísima incidencia que tienen los impuestos IMESI y CO2 en el costo de un litro de gasolina, representando casi un 35 % de su PVP.

Los gravámenes ubican a Uruguay, entre los países del mundo con mayor carga fiscal sobre las gasolinas, y este es el factor principal de su alto costo que hoy llega casi a los dos dólares el litro.

A mi juicio el Estado debería revisar el IMESI a la baja, lo que naturalmente impactaría en el PVP.

¿Qué opina del fideicomiso al boleto a través del gas oil?

Se trata de una situación dicotómica. Muchos productores rurales o trabajadores que mueven sus vehículos con este vector se preguntan ¿Por qué ellos deben subvencionar el boleto pagando un gas oil 4 pesos más caro por litro?  Visto desde este punto de vista es razonable lo que reclaman.

Pero por otro lado, si el boleto no recibe una ayuda del gobierno, su costo resultaría alto para quienes hacen usufructo del servicio de transporte capitalino, en general trabajadores, estudiantes, que no poseen vehículos.

El fideicomiso debería mantenerse, pero moviendo su peso sobre otro renglón de rentas generales del gobierno, lo que haría bajar el gas oil unos 4 pesos por litro.

¿Cree que los aranceles que cobran las tarjetas sobre la venta de combustible son correctos?

En varias reuniones que he mantenido con el sector de los estacioneros, me han informado que este tema es hoy uno de los que más preocupa al sector, inclusive con denuncias que en algunas ocasiones los bancos cobran más por esos márgenes que los propios empresarios.

El arancel de la sola acción administrativa bancaria, automática (que no requiere intervención humana) que es el caso de la Tarjeta de Débito, y que solo mueve el dinero de una cuenta a otra a través de un software, a todas luces resulta excesivo.

¿⁠Es una buena opción liberalizar la distribución de los combustibles?

Esta pregunta se liga a la primera, aunque usted habla de la participación de las distribuidoras como ANCAP, AXION o DISA, las mayoristas del combustible y dueñas de los sellos en el país.

En este punto habría que analizar la conveniencia que las distribuidoras pudieran  fijar libremente el precio de venta a los distribuidores minoristas (los estacioneros), lo que eventualmente generaría competencia entre un sello y otro, como ocurre en Argentina o Brasil.

Podría ser otra forma de fidelizar a los clientes, pero requiere mayor análisis para que no estemos ante una desmonopolización encubierta.

¿Qué otras medidas entiende se podrían implementar para el sector?

Sería más importante escuchar la opinión de los estacioneros, que la mía.