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En diálogo con Surtidores, el exministro de Transporte aportó una mirada estratégica sobre el rol de las expendedoras en este proceso de transición energética. “El modelo tradicional ya está cambiando”, afirmó.
El avance de la movilidad eléctrica en la Argentina abrió un nuevo escenario para las Estaciones de Servicio, que empiezan a perfilarse como actores centrales en la expansión de la infraestructura de carga. Tras un 2025 marcado por la eliminación del arancel del 35 por ciento para vehículos eléctricos e híbridos mediante el Decreto 49/2025, el mercado dio un salto: más modelos disponibles, precios relativamente más accesibles y una fuerte irrupción de marcas chinas que aceleraron la adopción de estas tecnologías.
Diego Cosentino, especialista en movilidad sostenible, explicó a Surtidores que el último semestre de 2025 funcionó como un período de transición acelerada. “La quita de aranceles, sumada al posible aumento del cupo de importación y al ingreso de marcas con altas prestaciones, permitió una mayor sociabilización de la movilidad eléctrica”, señaló. Ese proceso, sostuvo, dejó sentadas las bases para una expansión más firme en los próximos años.

Con ese telón de fondo, las proyecciones para 2026 son optimistas. La demanda crece y la oferta se diversifica, pero el sector advierte que la consolidación dependerá de políticas que acompañen el despliegue de cargadores en todo el país. En ese punto, Cosentino propuso replicar para los surtidores eléctricos un esquema de incentivos similar al aplicado a los vehículos, con reducción de costos de importación y reglas claras que den previsibilidad a las inversiones.
LA ESTACIÓN COMO NODO ESTRATÉGICO DE LA TRANSICIÓN
La visión es compartida por Guillermo Dietrich, exministro de Transporte, quien aportó una mirada estratégica sobre el rol de las Estaciones de Servicio en este proceso. “Si yo tuviese una Estación de Servicio hoy no dudaría en poner puntos de carga de autos eléctricos”, afirmó en diálogo con Surtidores. Si bien reconoció que existe un segmento de usuarios que puede realizar la carga en su domicilio, advirtió que hay una enorme cantidad de actuales y futuros compradores de vehículos eléctricos que no cuentan con espacio ni infraestructura propia y que, necesariamente, deberán recurrir a las Estaciones de Servicio y a la red de cargadores públicos.

Dietrich remarcó que la transición no implica un reemplazo inmediato sino una convivencia. “Va a haber una coexistencia de flotas de autos a combustión y autos eléctricos. Esa convivencia de dos mundos define esta etapa”, sostuvo. En ese marco, consideró inevitable que crezca la demanda de carga fuera del hogar, especialmente en viajes y en los grandes centros urbanos, donde la imposibilidad de instalar cargadores domiciliarios es una limitación estructural.
Las petroleras ya comenzaron a avanzar en esa dirección. Según el exfuncionario, la instalación de charge box confirma que la Estación de Servicio es un punto de servicio en plena evolución. “Va a transformarse de cara a la movilidad, incorporando nuevos servicios como gastronomía, logística o incluso puntos de entrega de drones. Hoy mucha gente consume en estaciones sin cargar combustible, y eso muestra que el modelo ya está cambiando”, explicó.
Finalmente ambos consultados coincidieron en que la combinación de incentivos, innovación y una participación activa de las Estaciones de Servicio será clave para construir una red de carga más robusta y accesible. La convergencia entre combustibles tradicionales y energía eléctrica aparece así como el camino para consolidar un nuevo capítulo de la transición energética en la Argentina.
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