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La estrategia de un grupo de empresarios de bajar el metro cúbico de GNC casi al precio de costo, logró que muchas estaciones pequeñas cuelguen sus mangueras por no poder competir libremente. Es tan estricto que comenzó a afectar a las bocas de expendio duales
La situación del dumping en la ciudad de Córdoba sobre la comercialización del GNC a precio de costo que limita a la libre competencia, no sólo afecta a las estaciones que expenden ese combustible sino también a las duales. Existe un ejemplo en la zona más acomodada del centro de la ciudad, donde un proyecto de una estación de estas características no pudo ni siquiera abrir al comenzar el derrumbe en el precio del m3.
En octubre de 2008 se estaba por finalizar la obra en la que se proyectaba la instalación de una estación de servicio Shell, con bocas de expendio tanto para combustibles líquidos como para el GNC. La construcción se erigió en una cotizada región, en Av. Colón al 5000, donde el metro cuadrado puede ascender a 1000 dólares.
La propiedad se alquiló a la firma Ogando y Giardi, los cuales invirtieron cerca de 300 mil dólares para la obra, incluyendo la relocalización, estudios, materiales y demás costos. Además la estación tendría asegurada una parte de los beneficios por ubicarse frente a un hipermercado de una reconocida cadena internacional.
Sin embargo cuando todo estaba listo para la apertura se produjo el famoso desplome en el precio del metro cúbico de GNC en octubre del año 2008, la firma paralizó la construcción y la sub alquiló e hicieron una agencia de autos. La zona es reconocida por tratarse del lugar elegido por las concesionarias de renombre automotrices europeas- para ofrecer sus vehículos.
La cuestión es una estrategia comercial de un grupo empresario que apuesta a sumar volumen de ventas sustentado en el bajo valor del GNC, en algunos casos se comercializa a 0.80 centavos, cifra cercana al costo y también a la que se mostraba en las pizarras hace cinco años.
Esto transformó a la capital de Córdoba en el oasis del combustible gaseoso, y trajo aparejado varios problemas en la competencia. Por un lado arrastró al resto de los estacioneros a adoptar una decisión similar para no quedar fuera de mercado. Sin embargo, los que no pudieron seguir esta tendencia las estaciones más chicas- hoy transitan una crisis terminal y muchos de ellos están al colgando las mangueras. Esta situación llegó a
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