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La arena de fractura es un recurso central para desarrollar la extracción de hidrocarburos no convencionales que de producirse en nuestro país aseguran que abarataría sustancialmente los costos de producción. Representa hasta un 5 por ciento de la explotación.
Todos los especialistas en energía coinciden en que para llevar adelante el megaproyecto del yacimiento Vaca Muerta, la segunda reserva más importante de hidrocarburos no convencionales del mundo, es imprescindible reducir lo máximo posible los gastos de explotación, en nuestro país cuatro veces más altos de los que se manejan en Estados Unidos.
Apenas expropió las acciones de Repsol en YPF, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner tomó conocimiento de la problemática. Tal es así que encargó al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) una investigación para conocer las potencialidades de producción de arena de fractura en nuestro país.
Ahondando en la temática, Daniel Montamat, ex Secretario de Energía y consultor de la actividad, elaboró un extenso informe en el que se explaya sobre “la creciente utilización de este insumo clave de la actividad hidrocarburifera no convencional, la fuerte dependencia del mercado externo y la escasa o nula información que el mercado brinda sobre él”.
Según indican empresarios del rubro apenas entre el 15 y el 20 por ciento de la arena que se utiliza para mantener abiertas las fisuras de los pozos se produce en Argentina; el resto se trae Brasil, Estados Unidos o China. Para sostener la abertura se inyectan no menos de 1.500 toneladas.
Montamat explica que el costo total tiene dos grandes componentes de importancia: de la arena en boca de mina y su transporte. Subraya que “este último es de fuerte incidencia” y advierte que en las actuales condiciones el presupuesto dedicado a los agentes de sostén “puede significar hasta un 5 por ciento” de la operación.
“El uso intensivo de fracturas hidráulicas en los pozos de shale-oil y shale-gas hacen indispensable el uso de este insumo. La elección de un agente de sostén adecuado es clave para incrementar el retorno esperado de la inversión en el yacimiento. Los elementos a tener en cuenta para ello tienen que ver con su calidad, que afecta el rendimiento en términos de petróleo o gas extraído, y su costo total”, detalla el documento redactado por Montamat.
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