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La negociación que derivó en el congelamiento de los valores de las naftas y el gasoil se da en un contexto de apertura de paritarias y caída de la demanda. Los empresarios reclaman que se preserve la rentabilidad de la actividad, manteniéndola al margen de las variaciones de precios en el surtidor.
El acuerdo al que arribó el Gobierno y las principales empresas petroleras del país por el cual se estableció no modificar los valores de la nafta y el gasoil hasta el mes de noviembre provocó en el sector expendedor una reacción adversa debido a sus consecuencias sobre la rentabilidad.
Oscar Díaz, secretario de la Confederación de Entidades del Comercio de los Hidrocarburos de la República Argentina (CECHA), opinó que este contexto no les es favorable. “Todo lo contrario, como el margen del expendedor se encuentra en general ligado al precio, el congelamiento del mismo sea por acuerdo con el Gobierno o por decisión unilateral de las empresas petroleras, incide negativamente en los ingresos y por lo tanto reduce la rentabilidad”.
El directivo hace foco en momentos en que se discuten acuerdos salariales, donde los trabajadores pretenden mantener su poder adquisitivo conforme al índice inflacionario, y por otra parte el ingreso de las empresas no se incrementa en igual proporción.
“Salvo que los combustibles tengan un significativo incremento en los próximos meses, este año el comportamiento del precio será negativo con relación a la inflación, y esto significa nada menos que dar un paso atrás en lo que hace al beneficio del negocio, agravado además por un importante incremento de los costos operativos”, señaló Díaz.
Respecto a la medida acordada entre el gobierno y las petroleras, el empresario sostiene que “sólo pretende dar certeza en un contexto signado por las subas, particularmente en el sector energético”. Agregó que “se toma en un momento de abundancia de producto en el mercado y un retraimiento de la demanda, lo que hace poco probable que las empresas dispongan aumentos unilaterales”.
No obstante la diferenció de la política aplicada en materia de precios por el ex Secretario de Comercio Guillermo Moreno, en primer lugar por tratarse de una acción consensuada por plazo determinado y en la búsqueda de un escenario similar al de los países vecinos. “Es importante que este tipo de medidas no se prolonguen en el tiempo, generando un importante retraso en el precio que luego resulte difícil remontar”, reclamó en este sentido.
Finalmente Díaz puntualizó: “consideramos necesario preservar la rentabilidad del expendedor, manteniéndola al margen de las variaciones de precio, que como hemos podido observar en los últimos años, no se corresponde con las variaciones de los costos”.
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